El círculo vicioso sirio
Guayaquil, Ecuador
Es difícil escribir sobre Siria. Los hechos se saltan olímpicamente a las ideologías que pierden su reducida cuota de poder explicativo y quedan atrás. Quienes advertían del carácter necesariamente belicista y «guerrerista» del imperialismo estadounidense que desencadenaría inevitablemente la guerra contra Siria esta semana, no contaban seguramente con que de improviso, el presidente Obama aceptaría la propuesta de negociación planteada nada menos que por el presidente Putin de Rusia y aceptada por el Gobierno sirio y paralizaría la ofensiva militar. Menos la ironía que supuso, como reseñaba en su artículo en el El País Timothy Garton Ash, que el propio presidente ruso, «el mejor enemigo de Obama» fuera, quien en el último minuto y actuando ciertamente conforme a sus propios intereses, salvó al presidente estadounidense de un tremendo fracaso: la derrota en las dos cámaras de su propuesta de atacar a Siria.
