Este fin de semana, lluvia de estrellas fugaces

Las «lágrimas de San Lorenzo», la lluvia de meteoritos conocidos también como Perseidas, alcanzarán su mayor intensidad los próximos domingo y lunes cuando la Tierra cruce la cola del cometa «Swift Tuttle», que orbita al Sol cada 130 años, informó el viernes la NASA.

El pronóstico para observar las Perseidas este año es bueno. La luz de la luna, en fase creciente, no deslucirá el espectáculo porque se ocultará pronto. La mejor noche para verlas será la del lunes al martes próximos, pero ya el domingo deben apreciarse en el cielo los meteoros. “Con un poco de suerte se podrá ver una estrella fugaz por minuto, como media”, anuncia el experto Robert Naeye, en la revista Sky & Telescope. La Organización Internacional de Meteoros pronostica un máximo de cien por hora.

Para disfrutar de la observación nocturna de este fenómeno se recomienda buscar un lugar de cielo bien oscuro (sin las molestas luces urbanas), libre de contaminación y con amplia visibilidad; no hace falta ningún equipo especial para ver las estrellas fugaces, solo adaptar los ojos a la oscuridad y esperar. Se pueden ver perseidas en todo el cielo, pero preferentemente en direccion noreste, hacia la constelación de Perseo

La agencia espacial estadounidense indicó que la lluvia de Perseidas, que llena el cielo de «estrellas fugaces», es sólo parte del torrente de elementos espaciales que desde el espacio interplanetario irrumpen en la atmósfera de la Tierra cada día.

Las grandes «lluvias de meteoritos» como las Perseidas y, en noviembre, las Leónidas son los momentos más esplendorosos del flujo que cada día trae a la atmósfera terrestre de diez a cuarenta toneladas de polvo espacial.

La mayor parte de esos fragmentos se incinera al penetrar la capa exterior de la tierra y los objetos un poco mayores arden en la fricción atmosférica y trazan en el cielo nocturno las breves líneas sobre las cuales, desde tiempo inmemorial, los humanos apuntan sus anhelos.

«Ese es el polvo interplanetario», dijo Diejo Janches, quien estudia los micrometeoritos en el Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA en Greenbelt, Maryland (EE.UU.). «Los fragmentos son restos de la formación del sistema solar, o son producto de colisiones entre asteroides o cometas hace mucho tiempo».

Janches investiga esos meteoritos pequeños mediante la ayuda de sistemas de radar en todo el mundo, desde Suecia y Puerto Rico a Alaska, o el sistema de radar que él mismo instaló y opera en Tierra del Fuego, Argentina.

Estos fragmentos penetran en la atmósfera terrestre a velocidades de entre 12 y 70 kilómetros por segundo, y traen minerales y metales de los cuerpos espaciales donde se originaron, como sodio, silicio, calcio y magnesio.

* Con reportes de EFE

Fotografía de un gran meteoro en la lluvia de perseidas de 1997. / RICK SCOTT Y JOE ORMAN / NASA
Fotografía de un gran meteoro en la lluvia de perseidas de 1997. / RICK SCOTT Y JOE ORMAN / NASA

Más relacionadas