Río de Janeiro (EFE).- El presidente brasileño, Michel Temer, atribuyó hoy las acusaciones que le hizo el empresario Joesley Batista, que llamó al mandatario de «jefe de la mayor y más peligrosa organización criminal» de Brasil, a una represalia por medidas de su Gobierno que frustraron un negocio del acusador.
Temer, en un comunicado divulgado por la Presidencia, afirmó que la decisión de su Gobierno de impedir que Batista trasladara a Irlanda el domicilio fiscal del gigante cárnico JBS le causó millonarias pérdidas al empresario y le impidió evadir la Justicia brasileña.
«Tenían millones de razones para odiar al presidente y a su Gobierno», afirmó el gobernante en su comunicado al atribuir todas las acusaciones a una represalia. EFE (I)
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