Israel comienza a expulsar a los pasajeros de los barcos que iban a Gaza

Israel comenzó hoy las expulsiones, entre ellas la de un periodista español, de los pasajeros de los dos barcos que asaltó ayer la Marina cuando se dirigían a Gaza para romper el bloqueo israelí, informó el Ministerio israelí de Interior.

Sabin Hadad, portavoz de la Autoridad de Población y Migración del Ministerio israelí de Interior, señaló a Efe que seis de los 27 pasajeros han iniciado entre anoche y hoy el regreso a sus hogares.

Uno de ellos es el español Aiman Zoubier, corresponsal en Madrid de la cadena de televisión vía satélite «Al Yazira».

Los cinco restantes son un palestino con ciudadanía israelí, los dos capitanes griegos de los navíos, una periodista egipcia y otra periodista de «Al Yazira», la estadounidense Casey Kauffman.

Los demás, principalmente de Canadá, Estados Unidos, Australia e Irlanda, permanecen en un centro de detención cerca de Tel Aviv y serán deportados en las próximas 72 horas.

Dos de ellos, un inglés y un irlandés, son periodistas, pero han rechazado recobrar la libertad, agregó.

Salvo, lógicamente, el israelí, los otros 26 han sido acusados de «entrada ilegal» en Israel y, tras su deportación, no podrán entrar en el país en los próximos diez años.

Según Huwaida Arraf, portavoz de la campaña, nombrada «Freedom Waves to Gaza» (Olas de Libertad a Gaza), las autoridades penitenciarias no han permitido que telefoneen a su abogado a las 21 personas que siguen detenidas y que piden comparecer ante un juez antes de su expulsión.
Todos ellos viajaban en dos navíos, el canadiense Tahrir y el irlandés Saoirse, trasladados ayer por la tarde al puerto israelí por la Marina israelí.

Las dos embarcaciones fueron abordadas en aguas internacionales del Mediterráneo, a unas 35 millas náuticas (unos 65 kilómetros) de Gaza, tras varios llamamientos para que desviasen los barcos a Ashdod o a territorio egipcio.

Aparentemente nadie resultó herido ni opuso resistencia violenta en el abordaje, que comenzó con el empleo de cañones de agua, como se puede ver en el vídeo sobre la operación difundido por el Ejército israelí.

«Los dos o tres primeros (marinos militares de un cuerpo especial) que subieron a bordo eran muy agresivos. Había armas paralizadoras y cañones de agua, pero una vez a bordo se dieron cuenta de que eran activistas no violentos y de que tenían el barco bajo control», relata Casey Kauffman, periodista de «Al Yazira» que presenció los hechos.

Los dos barcos habían partido de Turquía en secreto el pasado miércoles para evitar las presiones a Grecia que caracterizaron el anterior intento de una flotilla de llegar a las costas de Gaza, el pasado verano.

Era el undécimo intento de romper por mar el bloqueo impuesto por Israel a Gaza en 2006, reforzado un año después pero aliviado hace año y medio por presiones internacionales tras el asalto militar israelí en aguas internacionales a la «Flotilla de la Libertad», en el que murieron nueve activistas turcos.

La nueva misión, insistían sus organizadores, no era caritativa (por eso apenas transportaban una carga simbólica de medicamentos), sino solidaria, ya que la ayuda humanitaria -que entra ahora en mayor cantidad que antes- es «útil», pero los habitantes de Gaza son «todavía prisioneros sin libertad de movimientos».

El informe Palmer, que analizó el sangriento abordaje a la «Flotilla de la Libertad», legitimó el bloqueo naval a Gaza, si bien acusó a Israel de empleo desproporcionado de la fuerza.

Durante la etapa de Ehud Olmert como primer ministro israelí (2006-2009), algunas flotillas llegaron a Gaza, pero en los dos años y medio en el cargo de Benjamín Netanyahu todas han sido abordadas o neutralizadas antes de zarpar. EFE

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