Ban pide que «en nombre de la humanidad» se pare la represión en Siria

Ban Ki-moon

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió este miércoles a la comunidad internacional que actúe «en nombre de la humanidad» para detener la represión que el régimen del presidente de Siria, Bachar al Asad, ejerce sobre la población.

«En Siria han muerto más de 5.000 personas. Esa situación no puede continuar. En el nombre de la humanidad, ya es hora de que la comunidad internacional actúe», aseguró ante la prensa Ban, quien reiteró su «gran preocupación» ante la continuada violencia que vive el país árabe.

El máximo responsable de la ONU, que alabó el papel de la Liga Árabe para tratar de poner punto final a la violenta represión en Siria, mostró su «esperanza» de que «la ONU y la comunidad internacional sean capaces de adoptar medidas coherentes y consensuadas para actuar».

«He hablado en varias ocasiones con los líderes de la Liga Árabe para ver cómo la ONU y la Liga, así como la comunidad internacional, pueden colaborar para resolver este problema», añadió Ban en una comparecencia ante la prensa en la que repasó lo que ha dado de sí 2011 para el organismo internacional.

Con esas palabras, el secretario general del organismo trató de nuevo de impulsar algún tipo de movimiento en el Consejo de Seguridad, donde el asunto sirio está estancado ante la divergencia de opiniones entre los países occidentales y Rusia y China, que se han opuesto repetidamente a tomar medidas contra el régimen de Al Asad.

La cifra de muertos por la represión en Siria sigue en aumento, como destacó esta misma semana la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quien habló ante el organismo de «más de 5.000 muertos, entre ellos más de 300 menores».

Este mismo miércoles fallecieron al menos otras 27 personas en Siria, entre ellas dos mujeres y un menor, en una nueva ofensiva de las fuerzas leales al régimen de Damasco, según el grupo opositor de los Comités de Coordinación Local, que detallaron que las zonas más afectadas por la represión fueron las provincias centrales de Hama y Homs.

En los meses que dura la represión en Siria, el Consejo ha sido incapaz de aprobar una resolución de condena a Damasco, por la oposición de Rusia y China, que en octubre pasado ejercieron su derecho a veto para oponerse a un texto presentado por Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal con el apoyo de Estados Unidos.

Al veto ruso y chino se sumaron además las abstenciones de Brasil, India, Sudáfrica y Líbano, países que son reticentes a que el máximo órgano de seguridad internacional condene al régimen de Al Asad mediante un texto con el rango y la vinculación de una resolución.

Ban indicó también que ya ha remitido al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General el último informe sobre Siria elaborado por el Consejo de Derechos Humanos (CDH) del organismo, para que «los Estados miembros decidan ahora qué pasos dar».

El secretario general de la ONU subrayó en su comparecencia que Siria sigue siendo «un desafío» para el organismo internacional, que, sin embargo, debe reconocer que 2011 ha sido «un año notable para la defensa de los derechos humanos», en el que ha prevalecido «la necesidad de proteger a los civiles».

Se refirió concretamente a «las victorias para la Justicia» que supusieron el caso de Libia, donde la ONU se plantó «ante la voluntad de Muamar el Gadafi de matar como ratas a su pueblo», y también el de Costa de Marfil, cuyo expresidente Laurent Gbagbo «se sienta ya en La Haya» tras negarse a acatar el deseo de su pueblo. EFE

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