Chavela Vargas será homenajeada en la Plaza Garibaldi

MEXICO (AP) — Mientras personalidades y admiradores seguían expresando este lunes su pesar por la muerte de Chavela Vargas, los restos de la emblemática cantante mexicana descansaban en la Ciudad de México, donde a las 5 de la tarde se realizaría su velorio en la Plaza Garibaldi, famosa por sus cantinas y grupos de mariachis.

María Cortina, amiga y biógrafa de la cantante, dijo que la intérprete quería despedirse en una plaza pública rodeada de su pueblo.

«Como ella decía: ‘Mi pueblo… A mí el público que me gusta es mi pueblo, yo donde quiero estar es en una plaza»’, dijo Cortina a los medios. «Qué mejor plaza para ella que la Plaza de Garibaldi», agregó afuera del hospital de la ciudad de Cuernavaca, en el central estado de Morelos, donde ayer murió Vargas.

La intérprete, quien desafió los estereotipos de género en la música ranchera mexicana, falleció a causa de un paro respiratorio tras haber pasado varios días hospitalizada por problemas respiratorios y cardíacos. Tenía 93 años.

Creyente de los chamanes, no quiso recibir hemodiálisis ni entubación para ayudarla a respirar. Su pasión por estas figuras era tal, que siempre aparecía luciendo amuletos y talismanes realizados por ellos.

Vargas recibirá otro homenaje mañana en el Palacio de Bellas Artes, uno de los escenarios culturales más emblemáticos de la capital mexicana en el que se presentó en varias ocasiones.

La última vez que pisó dicho escenario fue en abril, cuando acompañada de la mexicana Eugenia León y la española Martirio ofreció el espectáculo de su disco «La Luna Grande», el último que grabó y en el que recita poemas del Federico García Lorca.

El deceso de Vargas, nacida en Costa Rica y nacionalizada mexicana, encabezó las páginas de espectáculos de los principales diarios mexicanos y diversas personalidades, incluido el presidente de México Felipe Calderón, lamentaron el fallecimiento de la apodada ‘Chamana’.

«Lamento mucho el fallecimiento de Chavela Vargas. Como ella dijo: no muere, trasciende. Se queda con nosotros en sus canciones», expresó Calderón a través de su cuenta de Twitter.

Cantantes como Julieta Venegas, Paulina Rubio, Lila Downs y Jenni Rivera se sumaron a las múltiples expresiones de pesar.

«Mujeres mexicanas como Chavela Vargas son las que inspiran.. aun después de que hayan transcendido. Los amantes de la música estamos de luto…. pero el cielo esta de fiesta! QEPD @chavelavargas», escribió Rivera sobre la intérprete de voz ronca y potente que revolucionó la escena musical cantando temas de amor en ocasiones dirigidos a otras mujeres y luciendo siempre vestimenta de hombre.

Vargas sería homenajeada con el disco «La Chamana. Un tributo a Chavela Vargas», que podrá descargarse gratuitamente desde el 20 de agosto y que será presentado en un concierto el 1 de septiembre en la localidad de Tepoztlán, a unos 80 kilómetros al sur de la capital mexicana donde Vargas residía desde hace años.

Nacida en San Joaquín de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919, y radicada en México desde su adolescencia, comenzó a desarrollar su pasión por la música cantando en las calles a los 14 años. En 1960, cuando ya tenía 41 años, empezó a hacerlo de manera profesional.

En aquella época irrumpió en cantinas y bares mexicanos cantando con una pistola al cinto y una botella de tequila en la mano.

Muchos reprobaron su conducta, pero otros la veneraron como la mujer que se atrevió a desafiar la cultura machista mexicana, cantando con emoción y ronquera los sufrimientos de amor que también padece una mujer.

Pedro Almodóvar, que incluyó algunas de sus canciones en sus cintas, era uno de sus más grandes seguidores. En una carta publicada en la página de Facebook de su productora El Deseo, el maestro del cine español se despidió de ella.

«Adiós Chavela, adiós volcán», firmó el realizador. «Ningún ser vivo cantó con el debido desgarro al genial José Alfredo Jiménez como lo hizo Chavela. Chavela creó con el énfasis de los finales de sus canciones un nuevo género que debería llevar su nombre», escribió Almodóvar. «Chavela añadía una amargura irónica que se sobreponía a la hipocresía del mundo que le había tocado vivir y al que le cantó siempre desafiante».

Vargas no escatimaba en hablar sobre las críticas que le rodearon, muchas de ellas en torno a su homosexualidad, que hizo pública en su autobiografía «Y si quieres saber de mi pasado», publicada en el 2002.

En el texto relataba que desde pequeña era señalada como una «rareza».

«Lo que duele no es ser homosexual, sino que lo echen en cara como si fuera la peste. Hace falta tener mucha ponzoña en el alma para lanzar cuchillos sobre una persona, sólo porque sea de tal o cual modo», escribió Vargas, a quien se le llegó a relacionar sentimentalmente con la pintora Frida Kahlo.

Con 80 discos grabados, y postrada en su silla de ruedas desde hace varios años, Vargas contrastaba su aguerrido carácter con una eterna picardía, que le permitía mofarse de su batalla contra el alcoholismo que enfrentó por 20 años.

«Hoy probé un trago de tequila y me supo horrible. Antes me echaba primero mi medio garrafón de tequila y después comía. Ahora quise hacer lo mismo en la comida donde estábamos y no sirvió», dijo durante un homenaje que se le hizo en junio de 2011 en México.

Aunque no era partidaria de los homenajes, fue reconocida en múltiples ocasiones. En el 2000, el gobierno español le otorgó la Gran Cruz de Isabel la Católica. Y en el 2007 sus aportes a la música fueron reconocidos por la Academia Latina de Grabación, que le otorgó el premio a la Excelencia Musical.

Isabel Vargas, su nombre de pila, jamás temió encarar a la muerte, que imaginaba «bellísima, como un descanso». Aseguraba no tener deuda alguna con la vida: «No le debo nada, ni me debe nada. Estamos muy bien».

En su mundo sólo existía el agradecimiento.

«Le doy gracias a Dios que me dejó llegar, aunque me falten (fallen) las piernas», expresó desde su silla de ruedas en el homenaje de junio de 2011. «Poco a poco tendré que pagar un tributo a la vida, ya me cobró el caminar y ya me quitó la capacidad de soñar… Le pido a Dios que a donde yo me vaya algún día, me lleguen a saludar y yo a ustedes».

Más relacionadas