Colombia aclara su verdadero interés en la OTAN

Bogotá, 4 jun (EFE).- El Gobierno de Colombia aclaró hoy que está interesado en ser «socio» y no miembro de la OTAN y definió como «una tormenta en un vaso de agua» la reacción que despertó en algunos países de la región su acercamiento al organismo defensivo.

El ministro colombiano de Defensa, Juan Carlos Pinzón, salió hoy al paso de la polémica, que, según reconoció, se originó en un problema de «precisión» por parte de Colombia.

Los Gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia se han pronunciado de manera muy crítica en los últimos días sobre el inesperado anuncio hecho el pasado sábado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de que Colombia firmará este mes un acuerdo con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Santos dijo que el acuerdo que se suscribirá tiene como objeto «iniciar todo un proceso de acercamiento, de cooperación, con miras también a ingresar a esa organización».

«Colombia no puede y no quiere ingresar a la OTAN», subrayó hoy Pinzón, al explicar que el propósito del Gobierno «es recorrer el camino para ser un socio en la cooperación como lo son ahora Australia, Nueva Zelanda, Japón, entre otros países».

En medio de las críticas y acusaciones lanzadas a Santos por los Gobiernos de Bolivia, Venezuela y Nicaragua, Estados Unidos, cuyo vicepresidente, Joe Biden, visitó Bogotá la semana pasada, apoyó a Colombia «como miembro capaz y fuerte» en su acercamiento a «muchas organizaciones multilaterales», como, por ejemplo, la OTAN.

Por su parte, fuentes de la Alianza Atlántica dijeron el lunes a Efe en Bruselas que Colombia «no cumple los criterios geográficos» para ser miembro y que por el momento se prepara un acuerdo que «permitiría el intercambio de información clasificada entre la Alianza y Colombia» en «actividades específicas conjuntas».

Pinzón explicó al diario El Tiempo que el acuerdo está basado en el aprendizaje de Colombia en derechos humanos, justicia militar y educación a las tropas, y no contempla la posibilidad de recibir a tropas extranjeras o darles acceso a bases militares.

Asimismo, con este acuerdo, Colombia busca beneficiarse de la cooperación internacional para el caso de que el diálogo ente el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) logre poner fin al conflicto armado, así como contribuir con la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

«No entendemos por qué la gran preocupación», agregó en declaraciones a la emisora W Radio el jefe de la cartera de Defensa, para quien el asunto «terminó siendo una tormenta en un vaso de agua».

Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Venezuela, Nicolás Maduro, llegaron a pedir al secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el venezolano Alí Rodríguez, que convocara una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad del bloque.

Pero tras las aclaraciones de Pinzón, Rodríguez dijo hoy a W Radio que «si el Gobierno colombiano afirma oficialmente que no hay ningún ingreso no hay nada que discutir» y que antes de convocar una reunión de urgencia hay que «esperar la reacción de los jefes de Estado si recurren o no al encuentro».

Rodríguez declaró que Unasur es un ente que busca la paz, mientras que la OTAN es «una organización para la guerra».

Por su parte, el analista y académico colombiano Vicente Torrijos dijo Efe que «tiene todo el sentido que Colombia, de una manera transparente y soberana, trate de mejorar la capacidad disuasiva» y dirija sus relaciones exteriores a bloques más afines a su modelo político.

«Lo que pasa es que el Gobierno Santos se ha caracterizado por una improvisación permanente en materia de política exterior, no ha hecho cálculos estratégicos lo suficientemente maduros y a largo plazo y eso le ha llevado a una cantidad de inconsistencias que lo tiene reparando entuertos permanentemente», opinó el catedrático.

La polémica por el «acercamiento» de Colombia a la OTAN, como lo definió Santos el sábado, se produce en un mal momento en las relaciones del país con Venezuela, debido al malestar que produjo en ese país el hecho de que el presidente colombiano recibiera al líder opositor venezolano Henrique Capriles la semana pasada.

El Gobierno venezolano llegó a acusar al colombiano de participar en una conspiración para desestabilizar Venezuela, lo que Santos consideró «descabellado», y advirtió del impacto negativo que podría tener para el proceso de paz colombiano que le retirara su apoyo a las conversaciones con las FARC que tienen lugar en Cuba.

Capriles no reconoce a Nicolás Maduro como presidente y ha impugnado ante la justicia venezolana las elecciones del 14 de abril. EFE

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