Editorial Ultramarinos: una aventura necesaria

Sin embargo, basta haber vivido en ambos lados del territorio de la mancha para darse cuenta de que esto no es así, que los supuestos lazos entre ambos países están apenas mantenidos por los intereses de algunas constructoras. Basta escuchar los testimonios de quiénes han dicho en una entrevista de trabajo en España ‘soy colombiano’, ‘soy ecuatoriano’, recibiendo una torcedura de boca incómoda. Y el mundo literario no es la excepción, la presencia de la literatura latinoamericana en los programas universitarios españoles es simplemente ridícula. Tanto en la Universitat Autònoma de Barcelona como en la Universitat de Barcelona, por ejemplo, mientras se estudia un promedio de dos asignaturas de literatura española por semestre, de la llamada literatura hispanoamericana se estudian dos asignaturas obligatorias en toda la carrera. Es decir, un Filólogo Hispánico promedio en España estudia un par de poemas de Neruda, Cien años de soledad y las Cartas de Indias. El mundo editorial lamentablemente tampoco escapa de este narcicismo.

Sin embargo, dentro del contexto de las jóvenes editoriales españolas, ha surgido la editorial Ultramarinos en un intento de luchar contra esta energía narcisista que recorre la literatura y el mundo editorial español. Hoy en día en España se habla de un resurgimiento de la poesía. La poesía está de moda. Y es cierto. Hay editoriales como La Bella Varsovia, ediciones Liliputiense o Cangrejo Pistolero, que con mucho esmero se han hecho un espacio en un mundo dominado muy fuertemente por tres editoriales. Estas editoriales están haciendo una gran labor editando a jóvenes poetas, y el posicionamiento de los latinoamericanos dentro del mundo editorial español también ha mejorado en los últimos años. Esto se puede ver en la concesión del Premio internacional de poesía ciudad de Granada Federico García Lorca al poeta venezolano Rafael Cadenas en 2016 o en la adjudicación del Premio Arcipreste de Hita al también venezolano Adalber Salas Hernández en 2015 ambos editados en Pre-Textos. Pero qué pasa con la larga tradición poética latinoamericana y su papel dentro del joven movimiento editorial español.

En este sentido, es necesario alabar la iniciativa de la editorial Ultramarinos, que lleva un año luchando en la dura arena editorial y ha comenzado con una clara declaración de intenciones, editando ‘Los cuadernos de la tierra’ de Jorge Enrique Adoum, ‘Los eróticos y otros poemas’ de Efraín Huerta y la ‘Poesía completa’ de Alberto Cardín. Ultramarinos nace, pues, con la intención de recuperar poetas latinoamericanos y españoles descatalogados, algunos incomprensiblemente como son los casos de Adoum y Huerta, en un panorama donde la poesía joven está en auge.

Es cierto que la latinoamericana es una literatura que seduce a muchos lectores en Europa, pero también es necesario resaltar que las dificultades a las que se enfrenta esta joven editorial no sólo son económicas. En un país con una situación política y económica muy complicada, España es un país que raramente abre verdaderamente los brazos hacia la tradición latinoamericana. La fascinación con la que jóvenes poetas y lectores descubren a poetas menos canónicos de la tradición continental es una muestra de esto. Los propios editores de Ultramarinos, Julia Echevarría y Unai Velasco, explican que la suya es una aventura también personal en la que intentan descubrir autores de importancia en otras tradiciones y que estén descatalogados y sean, por ello, desconocidos en España. Con la esperanza, entonces, de que la lengua poética se siga extendiendo por nuestra tradición, espero que ambos se pierdan en la larga maraña de versos que recorre a todo el continente y que no logren salir de ella para que todos descubramos nuevas poéticas junto a ellos en este gran viaje continental que han emprendido.

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