WASHINGTON (AP) — La agencia antidrogas de Estados Unidos le mintió al Congreso, a funcionarios del Departamento de Justicia y al público en general acerca de una estrategia agresiva pero mal planeada contra el narcotráfico que provocó una serie de enfrentamientos letales en los que participaron agentes en Honduras, afirmaron el miércoles inspectores del gobierno en un informe.
En la ofensiva llamada Operación Yunque estuvieron helicópteros del Departamento de Estado y agentes de la DEA junto con la policía hondureña para interceptar aviones cargados de cocaína. El informe concluyó que hubo graves fallas en la respuesta de la agencia antinarcóticos a tres encuentros violentos relacionados con esta campaña en 2012, incluida una redada en mayo en la que murieron cuatro personas y otras cuatro resultaron heridas, quienes de acuerdo con habitantes locales eran civiles inocentes que viajaban de noche por el río cerca del poblado de Ahuas.
La agencia planeó mal la operación, no investigó plenamente los incidentes y proporcionó información inexacta a funcionarios del Departamento de Justicia y al Congreso, de acuerdo con el informe de los inspectores generales de los Departamentos de Justicia y de Estado.
La DEA indicó en un comunicado que el grupo involucrado en la operación _llamado Equipo de Asesoría y Apoyo en el Extranjero_ ya no opera en el exterior y que ha realizado otros cambios.
Pero la campaña de la agencia contra el contrabando de drogas en el extranjero continúa. Indicó que está implementando las recomendaciones esbozadas en el informe, las cuales incluyen investigar más exhaustivamente los tiroteos que ocurren durante su trabajo con agencias policiales extranjeras.
El incidente del 11 de mayo del 2012 en el río ocurrió después que un bote chocó con una canoa descompuesta que era usada por agentes policiales para transportar cocaína confiscada ese día. Los funcionarios de la DEA insistieron en que las personas en el bote eran narcotraficantes que dispararon primero, y que los agentes del orden actuaron en defensa propia. Mantuvieron esa versión aun cuando surgía nueva información que indicaba otra cosa.
«Incluso cuando la DEA recibió información que contradecía su reporte inicial, incluido que el bote pudiera haber sido un taxi acuático que llevaba pasajeros en un viaje nocturno, los funcionarios de la DEA sostuvieron firmemente _ sin evidencia alguna _ que los individuos baleados por los agentes hondureños eran narcotraficantes” que trataban de recuperar sus drogas.
El informe halló que la revisión que hizo la DEA del tiroteo, efectuada sólo después de una creciente presión de la opinión pública, era “poco más que un ejercicio de papeleo”. Las investigaciones de otros dos encuentros letales en junio y julio fueron más exhaustivas, pero de todas formas inadecuadas, señaló.
Posteriormente la DEA no cooperó con las investigaciones del Departamento de Estado y del gobierno hondureño. La agencia también proporcionó información inexacta a funcionarios del Departamento de Justicia y al Congreso sobre la redada de mayo de 2012.
La DEA, así como funcionarios hondureños y del Departamento de Estado, intentaron “perpetuar una narrativa autocomplaciente que básicamente era errónea y degradó la vida de las víctimas y la reputación de Estados Unidos”, dijo el senador demócrata Patrick Leahy. “Estoy muy preocupado por la arrogancia desinformada en estas agencias que produjo esas fallas. Esto genera interrogantes graves acerca de si estos casos son incidentes aislados”.
El informe también señala que funcionarios del Departamento de Estado engañaron al público con argumentos inexactos que dan un carácter engañoso del papel que desempeñó la DEA en el operativo, como si éste hubiera sido de apoyo, cuando en realidad sus agentes mantenían un control sustancial del esfuerzo.
En forma similar, funcionarios de la embajada prepararon un temario para una entrevista con The Associated Press con el embajador estadounidense ante Honduras, en la cual reiteraron que los agentes de la DEA estaban involucrados “sólo en un papel de apoyo y asesoría” con agentes hondureños “altamente entrenados y de antecedentes verificados que operan con asesoría de agentes policiales del gobierno estadounidense”.
Por SADIE GURMAN, Associated Press