Dólar se dispara en Argentina, mientras Macri negocia con el Fondo

Fotografía cedida por la presidencia de Argentina muestra al presidente de Argentina, Mauricio Macri (c), mientras se reúne con cinco gobernadores provinciales no oficialistas, para abordar el rumbo de la política económica y las negociaciones iniciadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), hoy, jueves 10 de mayo de 2018, en Buenos Aires (Argentina). Según informó brevemente la Presidencia, el encuentro tuvo lugar en la Casa Rosada -sede del Gobierno en Buenos Aires- y contó con la participación de los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan) y Domingo Peppo (Chaco). También estuvieron el jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. EFE/Cortesía Presidencia argentina

El dólar volvió a dispararse hoy en Argentina y ya cotiza a 23,70 pesos, una cifra récord desde que Mauricio Macri llegó al poder que aviva la incertidumbre del futuro económico del país, mientras se negocian contra reloj créditos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales.

La moneda nacional, devaluada abruptamente en las últimas dos semanas por la fuerte subida de tasas en Estados Unidos y la consecuente fuga de capitales hacia allá, llegó este viernes a sus horas más bajas -un dólar se vendía a mediodía a más de 24 pesos- y solo una nueva venta masiva de dólares (más de 1.000 millones) por parte del Banco Central frenó la tendencia al cierre.

Esta crisis cambiaria, con final incierto, ha puesto contra las cuerdas la economía argentina y ha incrementado el nerviosismo de una sociedad atada a un peso con un valor ya de por sí en caída libre por la inflación, que el Gobierno Macri ha logrado morigerar pero no frenar: en el primer trimestre los precios subieron un 6,7 %.

Con la vista puesta en los mercados y para terminar una semana laboral marcada por la decisión del Ejecutivo de negociar créditos con el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, la residencia presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, fue hoy un hervidero de reuniones con el jefe de Estado a la cabeza.

La más jugosa, y de la que no trascendieron detalles, el cara a cara con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recién regresado de Washington, donde este jueves mantuvo un encuentro con la directora del FMI, Christine Lagarde, para iniciar las negociaciones de un acuerdo conocido como «Stand-By» -muy habitual pero de una fuerte intervención en las políticas económicas nacionales- que permita afrontar la crisis del peso.

Si bien todo apunta a que el préstamo será de unos 30.000 millones de dólares, de momento ninguna fuente oficial ha confirmado los detalles.

«Un crédito preventivo del FMI que nos permita tener mayor solidez y sortear esta situación, que tiene que ver con un problema de liquidez pero no de solvencia que está teniendo la economía argentina», sostuvo a la prensa el ministro de Producción, Francisco Cabrera.

El ministro participó hoy junto a Macri de un reunión con empresarios locales de diversos sectores para charlar sobre la situación económica y en la que no se obvió la ayuda pedida al FMI, con la que todos, según Cabrera, «estuvieron de acuerdo».

Un apoyo que no es menor teniendo en cuenta las fuertes críticas que en el país se han despertado por volver a pedir dinero a un organismo con el que Argentina ha tenido una tortuosa relación desde hace décadas, por los duros ajustes exigidos por los prestamos concedidos, en especial durante la grave crisis del «corralito bancario», en 2001.

«Ir al FMI significa que la gente esté peor. No es un delirio pensar que el FMI por lo menos le va a dar (al Gobierno) un programa económico, que va a ser, diría, criminal para el Estado y la sociedad, absolutamente nocivo para el Estado», dijo Rodolfo Tailhade, diputado de la oposición kirchnerista, a Radio Cooperativa.

Sin embargo, esta semana países como EE.UU. China, España y Brasil han apoyado la política de Macri y su acercamiento al FMI.

«Estados Unidos apoya el programa económico reformista del presidente Mauricio Macri en Argentina, que está orientado al mercado, centrado en el crecimiento y ha mejorado el futuro de Argentina», dijo el jueves la Casa Blanca.

La diatriba sigue ahora entre los que opinan que un préstamo del Fondo conllevará un fuerte ajuste para reducir el déficit (que el Ejecutivo insiste heredó del Gobierno de Cristina Fernández) y los que consideran que el actual FMI ha cambiado y ha suavizado sus exigencias.

No obstante, la organización liderada por Lagarde, en un informe presentado hoy, auguró un crecimiento del 2 % (la misma tasa que Latinoamérica en su conjunto) para Argentina en 2018.

También optimista, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, remarcó este viernes que hace «siete trimestres» que la economía crece y es necesario que este camino no se corte por un «shock externo».

Pero por el momento, y hasta que se concreten los convenios de préstamo con el FMI y los otros organismos, que permitan materializar los planes del Gobierno, la vista está puesta en la escalada del dólar.

«Entendemos que es un tema coyuntural, que en pocos días va a ser historia», añadió Cabrera.

Y es que solo hace falta echar la vista atrás para saber cómo han cambiado las cosas.

En diciembre de 2015, cuando Macri, a los pocos días de asumir la Presidencia, decidió levantar las restricciones para las operaciones en moneda extranjera que había impuesto Fernández, el dólar se ubicó en 13,95 pesos, moneda que desde entonces se ha depreciado casi un 70 %. EFE

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