Muestra de Galo García borda imágenes con hilos de recuerdos

Galo García Carrión

Guayaquil.- Galo García Carrión (Guayaquil, 1960) inauguró su exposición titulada «Dèjá vu» el miércoles 23 de mayo en Galería Dpm. Esta es la quinta exposición individual de García, quien tiene quince años pintando y ha participado en varios salones y  bienales de arte.

Para el catedrático y curador de arte Saidel Brito: «Dèjá vu» es «una muestra prolija. Una pintura intrincada y diáfana: divagante, paciente. Donde jeroglíficos recientes sacan pecho y hormiguean en la superficie de los cuadros. Es una paramnesia intencionada que acarrea nuevos usos y sentidos. Una memoria llena y vacía, de formas incomprensibles que parecen soldadas en el tiempo».

KillCity de Galo García

Galo García explica a La República.ec que su abuela materna Rosa Merchán Valdiviezo le sirvió de inspiración.

«Ella  vivía con nosotros en la casa de mis padres y tenía allí su taller de costura, era muy buena costurera, muy hábil, yo jugaba en su taller veía cómo trabajaba, veía cómo cosía, cómo cortaba, pero también veía esos patrones de costura que mensualmente o quincenalmente, no sé, publicaba la revista «Burda», cuando la revista «Burda» circulaba traía adentro unos patrones como regalo para la gente que sabía coser.Y yo veía estos mapas intrincados, confusos, repletos de líneas y formas, pero no entendía. Y eso se quedó grabado en mi memoria. Luego, con el pasar de los años, empiezo a estudiar Arte, estudié tres años en el ITAE. En el 2003 ingresé al preuniversitario del ITAE.

«1967»

LR: Usted es abogado, ¿cómo hizo esa transición de abogado a artista? ¿O todo abogado tiene un artista escondido dentro?

GG: No sé, a mí me gusta el arte, siempre me gustó, mi padre desde niño nos llevaba como visita obligada en los viajes a los mejores museos que los países del primer mundo tienen para ofrecer. Yo empecé siendo un coleccionista de arte, desde la época de «La manzana verde», del propio «DPM», de algunas otras galerías. Luego dije, bueno, me gusta tanto que quisiera aprender a pintar. Busqué las posibilidades de hacerlo, porque yo pensé, cuando me retire de mi profesión de abogado full time, talvez pueda aprender a pintar. Pero, después dije ¿y si nunca me retiro, nunca voy a aprender a pintar? La vida es solamente una y hay que hacer lo que el alma le pide.

Entonces, busqué alternativas, y se abrió esta posibilidad del ITAE, donde los horarios coincidían, y yo ya había sido estudiante y trabajador toda mi vida, entonces dije:  sí lo pude hacer antes, ¿porqué no lo voy a poder hacer ahora? Me metí a estudiar arte y resultó que prendió en mí una vocación que tenía por la pintura, escultura, el dibujo, que estaba vivo en mí, le di cabida, escuché el llamado, y ya ha pasado algún tiempo hasta llegar a estas instancias, tengo algún recorrido, y no he dejado de pintar. Ya tengo quince años, ya tengo alguna experiencia, algún mundo recorrido, algunos libros estudiados, mi trabajo no era un trabajo de improvisación, sino de estudio, y de experimentación de cosas nuevas, darle un valor agregado a la obra que hago.

«Es inútil sublevarse».

LR: ¿Cómo le llega a usted la inspiración para su obra?

GG: La inspiración viene en el momentos menos pensado, y la inspiración te emite una idea que tú tienes que saber recibir y desarrollar, y esa idea es la que se conoce en el mundo como inspiración. Ya la pintada y el desarrollo de la obra es una cuestión técnica, ya no inspiración. Yo me inspiro, creo, en la cabeza y empiezo a utilizar la técnica que he aprendido para descargar eso. Tienes una idea y dices, «bueno, la voy a examinar», haces un boceto, un pequeño dibujo, pintas un poquito, pruebas los colores, y entonces la idea en tu cabeza se hace ya el cuadro. Y luego lo plasmas al lienzo, lo dibujas y lo pintas. Eso es un poco lo que pasa en el proceso, que yo, por lo menos, utilizo.

LR: ¿Hay algo más que te gustaría decir que no te haya preguntado?

GG: Estoy contento de que la gente haya venido a ver la obra, la obra, como todas las cosas que hago en mi vida, siempre tiene el ingrediente del amor, ahí adentro, y eso tiene un valor agregado, creo que la gente ha percibido eso y le ha gustado mucho esta obra. Estoy muy agradecido por esa posibilidad, y además por la galería que también me ha abierto las puertas, luego de haber seguido algo de mi trayectoria, creo que la obra y la apertura de DPM se da en el momento en que, podría decir, que estoy entrando a una madurez pictórica. Hay un compromiso mío con el arte que no termina aquí.

Una de las obras de Galo García expuestas en galería DPM

Para la historiadora de arte, María Fernanda  Souët: «En la nueva propuesta de Galo García, se reconoce a un artista buscador muy reflexivo, que edifica sus expresiones artísticas sobre cimientos muy consistentes… esta vez nos conmueve con su Dèjá Vu de la infancia y de aquel savoir faire (know how) de la madre de su madre… ¡qué homenaje tan especial! Da la impresión que Galo se realiza esta vez con lo que ella realizaba… Y nos hace realizar…un mundo de imágenes pespunteadas con los hilos de los recuerdos con los que se cosen en su trama, desde un Guernica, el mural de la Asamblea, el mundo del Pop, esta ciudad caótica con sus emblemas identitarios... y por supuesto ese «one in a lifetime» Selfie magníficamente concebido, donde el fondo fucsia refleja su polaridad juguetona y osada que lo dimensiona en sus distintas facetas con una prolijidad técnica muy refinada que se superpone a todo tiempo Dèjá Vu».

Yvette Icaza junto a uno de los cuadros de Galo García en el opening de la muestra.

(F)

María Rosa Jurado

Fotos larepublica.ec

 

 

 

 

 

 

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