Descubren en Ecuador cinco nuevas especies de culebras «chupa-caracoles»

Cinco nuevas especies de culebras pequeñas de ojos saltones con el curioso hábito alimenticio de succionar caracoles han sido descubiertas en los últimos años en diferentes bosques de Ecuador, revela un estudio científico divulgado hoy.

Elaborada por el doctorando y biólogo venezolano-ecuatoriano Alejandro Arteaga, director científico de la reserva ecuatoriana Tropical Herping, la investigación aparece publicada en la revista científica ZooKeys.

Tres de las nuevas especies fueron descubiertas en varias expediciones en bosques nubosos ecuatorianos entre 2013 y 2017, de acuerdo al estudio de Arteaga y el doctor Alex Pyron, de la Universidad George Washington, con el que colabora asimismo en el Museo Nacional de Historia Natural de Estados Unidos.

Las otras dos, fueron localizadas en 2010 por un equipo de científicos ecuatorianos y un peruano en bosques secos, en el occidente ecuatoriano.

«No teníamos idea de lo que íbamos a encontrar, la mayor parte del tiempo lo pasamos en el campo reuniendo información y fotografiando especies de anfibios y reptiles», dijo Arteaga al explicar cómo descubrieron las nuevas serpientes.

Con un equipo fotográfico y de laboratorio, Arteaga y Pyron realizaron varias investigaciones sobre el terreno para conocer de cerca las costumbres de las novedosas especies.

A fin de confirmar los nuevos hallazgos, un equipo multidisciplinar e internacional contrastó datos de los inéditos reptiles con los de más de 200 especímenes y extrajeron ADN a cerca de 100 individuos.

Para Arteaga, su descubrimiento supone una contribución para mejorar la conservación de los ecosistemas en los que habitan, luchar contra la amenaza de extinción que afrontan cuatro de ellas, además de diversificar la matriz productiva del país.

«Las especies se están extinguiendo en Ecuador y los bosques se están destruyendo», recalcó el investigador que bautizó a las nuevas serpientes como «chupa-caracoles».

Sus expediciones revelaron que los reptiles tenían un gusto inusual por los caracoles, aunque en la región la base de la alimentación de las serpientes suele conformarse por roedores, lagartijas y sapos.

El estudio sugiere además que las nuevas especies han adaptado sus mandíbulas para no destrozar el viscoso caparazón del caracol, lo que las convierte en únicas, según el autor.

Dichos reptiles pertenecen al grupo denominado «dipsas», un género de culebras no venenosas, precisa un resumen del estudio.

El equipo de investigación internacional decidió «subastar» los derechos de nombrar a los reptiles con la misión de lograr recursos para adquirir hectáreas de terreno donde poder proteger y criar estas especies que habitan en uno de los países más megadiversos del mundo.

Normalmente los científicos escriben sus artículos sobre nuevas especies con los parámetros de la nomenclatura biológica tradicional, por lo que la subasta de nombres supone una iniciativa pionera en el campo.

«Tuvimos que dejar que la gente supiera que estas serpientes geniales existen» para poder darles un nombre, indicó Arteaga al defender que con ello los investigadores buscan «ayuda para poder proteger su hábitat». EFE

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