Conspiración a la vista

Alberto Molina

Alberto Molina
Guayaquil, Ecuador

La conspiración está latente. Correa y la mafia, tienen recursos económicos de sobra; se mueven con absoluta facilidad. Los 10 años fueron de una propaganda que no le pide favor a Geebbels, ministro de propaganda de Hitler.

Todo el servicio exterior estaba trabajando exclusivamente para «vender» la imagen de Rafael Correa, por eso en el exterior la imagen de Correa es diferente a la verdadera: cínico, mitómano, descarado, prepotente, corrupto y sin escrúpulos, exactamente igual al otro pillo que felizmente está en la cárcel: Lula.

Acá los correístas están agazapados, desde el mismísimo entorno del Presidente. En cada institución del Estado está enraizado el correísmo y actúan mimetizados, haciendo una labor de zapa; es una conspiración silente pero efectiva.

El presidente Lenín Moreno, debe quemar sus naves, olvidarse del cántico de sirenas, de sus aduladores; no va a ser reelegido, por esa razón debe empeñarse en hacer un buen gobierno: desembarazarse de los ladinos correístas, de los aparentes moreno-correístas de tomo y lomo- hacer un gobierno de unidad nacional, llamar a colaborar a gente patriota, honrada, con gran sentido ético y responsables, hombres y mujeres que sí los hay.

Todas las fuerzas democráticas del país debemos apoyar a Moreno y mantenerlo en el poder hasta que termine su período. Moreno debe dar una respuesta positiva a este respaldo para que se haga efectivo.

Correa desde afuera no descansará en conspirar en todo momento. Dentro del Ecuador, igual están conspirando con sus aliados burócratas y obviamente sus agentes agitadores como Patiño, Rivadeneira, Mera, etc. que andan sueltos -tan campantes como Jhonny Walker- y nadie dice nada de sus trafasías.

Es hora de las decisiones del Presidente Moreno y de las fuerzas democráticas del país que luchamos en defensa de la democracia, la justicia social, las libertades y condenamos la corrupción y la impunidad.

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