Libia podría vivir elecciones en tan solo unos meses

Libia

La ONU prevé elecciones en Libia en la próxima primavera, una vez que se celebre la Conferencia Nacional prevista para marzo, anunció el enviado especial para el país norteafricano, Ghassam Saleme.

«Los contactos entre las partes libias ya han comenzado. Hacen falta dos o tres encuentros más pero podría ser como pronto la próxima primavera», aseguró Salame, citado hoy por la prensa local.

El diplomático libanés admitió, no obstante, que es necesario aún mejorar el aspecto de seguridad en la capital, y animó al gobierno sostenido por la ONU en Trípoli y a las milicias que controlan la ciudad a estrechar su coordinación.

Asimismo, instó a mejorar las infraestructuras y los servicios públicos para facilitar la vida de los ciudadanos, y elogió los esfuerzos del nuevo ministro de Interior, Fathy Bashagha, para mantener el precario alto el fuego.

«Calculamos que hay quince millones de armas, lo que significa que cada libio tiene dos o tres. Retirarlas es algo que no se hace de un día para otro; ese es el verdadero reto», subrayó el exministro libanés.

Saleme anunció el lanzamiento en los próximos días de una ofensiva en el sur, escenario en las últimas semanas de combates entre tribus Tebu y Tuareg, empresas de seguridad privada y milicias procedentes de Chad, e intensa actividad yihadista.

El optimismo del enviado especial choca con la visión del propio Bashagha, quien días atrás admitió durante un entrevista en la BBC que las milicias todavía mantienen el control de la capital e imponen el ritmo de las decisiones políticas.

Según el responsable, las fuerzas armadas en Tripoli no aceptan las órdenes del ministerio de Interior o del propio gobierno sostenido por la ONU, y actúan de acuerdo con su propia agenda gracias a que disfrutan de medios de financiación propios.

Trípoli ha sido escenario desde el inicio del año de dos asaltos por supuestos yihadistas a sendos edificios estatales y de otros incidentes de seguridad, como la desactivación de bombas de fabricación artesanal.

A pesar de ello y de las advertencias del ministerio de Interior sobre la presencia yihadista en la capital, la ONU ha decidido que su personal civil comience a regresar al país.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la tiranía de Muamar el Gadafi.

En la actualidad tiene dos gobiernos, una sostenido por la ONU restringido a la capital y otro bajo la tutela del mariscal Jalifa Hafter, un exmiembro de la cúpula gadafista reclutado por la CIA en la década de los pasados ochenta y que ha devenido en el hombre fuerte del país tras regresar del exilio en Estados Unidos.

Además de la división política, el país está desestabilizado por la presencia de numerosos grupos yihadistas, y por la actividad de bandas de contrabandistas de personas, armas y combustible que sostienen su economía. EFE (I)

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