Josías Teófilo, el procaz cineasta referente del «bolsonarismo»

El cineasta Josias Teófilo posa tras una entrevista con Efe el 13 de diciembre de 2019, en Sao Paulo (Brasil). Referente cinematográfico de los seguidores de Jair Bolsonaro, a Josías Teófilo le gusta provocar con cintas como "Nem tudo se desfaz", su nueva producción en la que retrata las protestas callejeras de 2013 que iniciaron el declive de la izquierda en Brasil. EFE/Carla Samon Ros

Sao Paulo.- Referente cinematográfico de los seguidores de Jair Bolsonaro, a Josías Teófilo le gusta provocar con cintas como «Nem tudo se desfaz«, su nueva producción en la que retrata las protestas callejeras de 2013 que iniciaron el declive de la izquierda en Brasil.

En una entrevista con Efe desde su domicilio en Sao Paulo, Teófilo, nacido en Recife en 1987, está «preparado» para que se repita la «misma reacción violenta» contra su figura con el lanzamiento de su segundo largometraje, que llegará a las pantallas el próximo mes de febrero.

En su filme de debut en 2017, «O Jardim das Afliçoes» («El Jardín de las Aflicciones»), el cineasta retrató el legado de Olavo de Carvalho, el polémico astrólogo considerado gurú del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

La defensa que hizo del conservadurismo de De Carvalho en aquella cinta le valió una oleada de críticas desde varios sectores, aunque el filme del también periodista y fotógrafo permaneció durante nueve semanas en las carteleras de las principales ciudades brasileñas.

Teófilo pagó esa primera cinta únicamente con recursos recaudados de una campaña de financiación colectiva en Internet con la que logró captar unos 85.000 dólares.

Y en «Nem tudo se desfaz» («No todo se deshace») buceará en los hechos culturales y políticos que, en junio de 2013, condujeron a Brasil a iniciar una «mudanza de 180 grados» que se llevó por delante a la presidenta progresista Dilma Rousseff (2016) y que culminó en octubre de 2018 con la elección de Bolsonaro.

«No va a tener una visión de derechas», avanzó el controvertido director, quien tachó de «lamentable» la tentativa de algunos de etiquetar «el arte de derecha o izquierda», porque «las cuestiones artísticas no pueden reducirse a criterios políticos».

Pero Teófilo sabe que el filme «va a tener controversia» y «cuando sea exhibido en todas las universidades públicas de este país entero va a tener la misma reacción violenta» que tuvo «O Jardim das Afliçoes», el documental que le dio a conocer.

Apoyado en una estantería de su salón, Teófilo exhibe un busto del conservador Olavo de Carvalho, quien, además de referencia ideológica de Bolsonaro, es profesor y amigo del cineasta.

Para él, todo cineasta «busca polémica hoy en día» por instar a la curiosidad del espectador y promocionar mejor su película.

Aunque cree que su obra prima no tuvo «nada de escandaloso», acabó por convertirse en un «acto político» por defender la «libertad de expresión» y sufrió una «tentativa de censura» desde su producción hasta el momento de la divulgación, denunció el cineasta.

Dentro de los festivales brasileños -que, según dice, son «un juego de cartas marcadas» donde él no puede entrar al no adaptarse a la «existente hegemonía de izquierda»- el filme fue «acusado por todos».

En Pernambuco, su región natal, algunos cineastas llegaron a retirar sus películas de la programación del festival Cine PE, en el que figuraba seleccionado «O Jardim» de Teófilo, en protesta contra lo que consideraron un discurso alineado a la derecha en un país gobernado por la izquierda 13 años, entre 2003 y 2016.

En otra ocasión, una exhibición del documental en una universidad de Recife acabó con una pelea entre los asistentes.

En relación a Bolsonaro, a quien votó en las últimas elecciones, Teófilo opinó que en términos generales está haciendo un buen trabajo al frente del país con su gobierno «conservador», cuyas políticas evitó tachar de ultraderechistas.

«No tiene sentido llamar a Bolsonaro de extrema derecha y llamar a un tío que defiende la dictadura cubana y la venezolana, como Lula, de izquierda», dijo.

Sin embargo, Teófilo discrepa con el presidente que votó en la forma que aborda la política de incentivo a la cultura.

Bolsonaro sugirió el pasado julio a la estatal Agencia Nacional de Cinema (Ancine) que revirtiera su decisión de autorizar la captación de 530.000 reales (unos 128.000 dólares) para el segundo largometraje de Teófilo.

El cineasta indicó que a partir de esta situación hubo un «cambio» y una «división» dentro del gobierno, donde «felizmente las personas a favor de las leyes del incentivo para el arte están venciendo» frente a otros miembros que, como el presidente, son contrarios a la utilización de recursos públicos para la elaboración de la producción cultural.

Finalmente, Teófilo logró 25.000 dólares de dinero público para «Nem tudo se desfaz». EFE

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