Recordando con ira

Antonio Sánchez García

Caracas, Venezuela

¿Cuántos grandes venezolanos quedaron a la vera del camino por los caprichos de esta marcha de la locura? ¿Estábamos condenados a seguir la historia que seguimos? ¿No hubo otras opciones que aquellas que el sino de la historia terminó imponiéndonos? ¿Hubiera sido posible una Venezuela sin Guerra a Muerte, sin Guerra Federal, sin millones de almas sacrificadas en el fuego lustrar de la locura?

Es una historia jamás contada: la que pudo haber sido y no fue. En primer lugar, el delirio independentista. Del que salimos sin un logro que valiera los cientos de miles de cadáveres sacrificados, la devastación de todas las pocas riquezas acumuladas, tres siglos de trasplante colonial arrasados por el fuego incendiario de las pasiones. Un territorio arrasado en manos de caudillos violentos y sanguinarios, guerras civiles interminables, pestes, enfermedades, dictaduras y miseria. Trepidando siempre entre las falsas glorias, las epopeyas insensatas, los esfuerzos y sacrificios inútiles.

Desde Miranda y Andrés Bello a José María Vargas, corre y se desarrolla una historia paralela y subterránea de fracasos, traiciones e iniquidades. Que se continúa hasta el día de hoy en la historia de los perdedores: de Lander a Cecilio Acosta, de Antonio Paredes a César Zumeta, Diógenes Escalante, Caracciollo Parra Pérez, López Contreras, Medina Angarita, Jóbito Villalba, Carlos Andrés Pérez.

Somos todos, cual más cual menos, los que lo saben y los que no pueden o se niegan a saberlo, sobrevivientes y víctimas propiciatorias de los vencedores de una historia de porfiados y reiterados fracasos, que nos condenaron a la República fracasada: de Bolívar y de Páez, de Guzmán Blanco, de Cipriano Castro, de Juan Vicente Gómez, de Rómulo Betancourt, de Hugo Chávez Frías. Hasta culminar en el fracaso de los fracasos: haber caído en manos de un colombiano agente de la tiranía cubana. ¿No es como para clamar al cielo?

Siempre hubo opciones, siempre hubo alternativas. Miranda y la Paz con España, Fernando VII y las Cortes de Cádiz en lugar de Bolívar y la Guerra a Muerte. Una elipse de dos siglos que culmina en Carlos Andrés Pérez o Hugo Chávez. ¿Fueron necesarios, entre tanto, el golpe de Octubre de 1945 y la victoria de Rómulo Betancourt, vale decir: la derrota del post gomecismo, López Contreras y Medina Angarita y la búsqueda de un régimen liberal democrático, pacífico y continuista? ¿No es en 1945 que nace el régimen que culmina en la tiranía de Hugo Chávez y Nicolás Maduro?

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