La Fiscalía General formuló cargos contra cinco oficiales en estado pasivo de las Fuerzas Armadas por presunta responsabilidad en los homicidios de Froilán Jiménez, Darwin P. y Jacinto C., ocurridos durante el operativo militar para supuestamente rescatar al entonces Presidente Rafael Correa, que decía estar secuestrado en el Hospital de la Policía Nacional, en Quito, la noche del 30 de septiembre de 2010.
Froilán Jiménez era un agente del GIR que caminaba junto al carro en el que supuestamente iba Correa tras su liberación, cuando una bala lo alcanzó y cayó muerto de contado. Su muerte, ocurrida poco después de las 20h00, fue transmitida en televisión nacional.
Nunca se supo quién disparó contra Jiménez. Las balas que lo asesinaron desaparecieron al día siguiente, tras ser extraidas. El presidente Correa alegó que la muerte de Jiménez era una prueba de que la revuelta era un intento de golpe de Estado para asesinarlo.
Entre los procesados se encuentra el General (r) Luis Castro, que dirigió el operativo militar, y que posteriormente llegó a Comandante del Ejército; Jorge Peña, director de Operaciones del Comando Conjunto; Hegel Peñaherrera, comandante de la Primera División Shiris; Vicente Guzmán, comandante del Grupo Especial de Operaciones (GEO); Mauricio Merino, comandante del Grupo Especial de Comandos.
La jueza dispuso presentación periódica y prohibición de salida del país.