Las ciudades alemanas están trabajando en medidas para ahorrar gas ante una posible crisis energética en invierno, ya que los suministros de gas natural desde Rusia son cada vez más restringidos.
La limitación de los suministros de gas ha hecho que los precios de la energía suban rápidamente desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
«Una cosa está clara: nadie debería pasar frío en invierno», dijo a dpa Verena Göppert, subdirectora general de la Asociación de Ciudades Alemanas.
El malestar en Alemania por el suministro de energía se ha visto incrementado esta semana por los trabajos de mantenimiento programados en el gasoducto Nord Stream 1 del Mar Báltico, la principal ruta de gas de Rusia hacia Alemania.
Altos funcionarios han expresado sus dudas sobre si el grifo de gas se abrirá de nuevo una vez que los trabajos de mantenimiento terminen en dos semanas.
En caso de que esto ocurriera, podría producirse una escasez de gas durante la temporada de calefacción, que el gobierno alemán quiere evitar a toda costa, porque podría tener graves consecuencias para la economía y a nivel social.
Distintos grupos de la sociedad civil han exigido una mayor protección para los inquilinos y consumidores ante el aumento de los costes energéticos.
«Si se cierra el grifo del gas en Alemania, los hogares privados se encuentran entre los clientes más protegidos, por lo que serían los últimos en ver racionada su energía», dijo Göppert.
El ahorro de energía es una tarea de toda la sociedad, subrayó, y añadió que las ciudades están examinando actualmente medidas de ahorro a corto plazo.
Entre ellas mencionó «apagar las luces, prescindir del agua caliente en los edificios públicos, apagar las fuentes, cambiar la temperatura de los aparatos de aire acondicionado y del agua del baño.» dpa