«Botamos» y no votamos

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

Lo que realmente nos jugábamos, tanto en la consulta popular como en las elecciones seccionales, fue algo más que, en el primer caso, una simple dicotomía entre el SÍ y el NO. Pues, es el resultado de que al país llegara más inversión y demostrara un compromiso internacional de que el Ecuador tenía la necesidad de combatir de frente a las mafias con la extradición de nacionales al extranjero que estén vinculados con el narcotráfico y el crimen organizado.

Sin embargo, con el resultado del NO, que el propio Presidente Lasso reconoció públicamente, los bonos y acciones de empresas nacionales empiezan a decaer y este compromiso quedó en un infructuoso saludo a la bandera.

En el segundo caso, de las elecciones locales, el llamado ‘batacazo’ electoral implica que en definitiva se eligió a quien estuviera en contra del Gobierno por razones banales como tratar de imponer por la fuerza que con el correísmo estábamos mejor. Tanto caló ese discurso que incluso Luz Elena Coloma (candidata a la alcaldía de Quito por la alianza ‘Va por Ti’ en la que participó el propio partido oficialista CREO) se distanció de la figura presidencial y lo propio lo hizo su binomio a la Prefectura de Pichincha, Eduardo del Pozo.

Evidentemente, ninguno ganó la elección. No obstante, en este caso nos jugamos la estabilidad gubernamental que incluso según la firma bancaria JP Morgan, Lasso podría no culminar su período debido a la marea azul (antes verdeflex).

Aquello crea un nivel de incertidumbre que incluso ahuyenta a inversionistas extranjeros donde ya se veían tiempos de crecimiento económico y creación de más empleo. En ese sentido, lo que pase con el país en los próximos cuatro años será culpa enteramente del votante que fue advertido de todo aquello y sobre lo que implicaba votar SÍ o No en la consulta popular.

Al final, pudo más el populismo y los pocos deseos de avanzar en temas cruciales en seguridad como la extradición de narcos ecuatorianos, la autonomía de la Fiscalía y el retiro de funciones del CPCCS (que con la reducción de asambleístas) permitiría una Constitución menos presidencialista y una mejora de los organismos del Estado.

Sin embargo, el desinterés ciudadano, por decir lo menos, y el nulo tiempo que se brindó individualmente para entender cada una de las preguntas, permitió la banalidad y una nefasta polarización que nubló el entendimiento colectivo que al final, mezclada con la desinformación (mea culpa al propio periodismo en este punto), se conectara con el bolígrafo y éste sobre la papeleta que, en resumidas cuentas, estas dos acciones pueden condenar definitivamente el futuro político y económico del país.

Aquiles Álvarez y Marcela Aguiñaga son los virtuales Alcalde y Prefecta de Guayaquil y el Guayas respectivamente

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