Asamblea: al menos algo de cordura

Eduardo Carmigniani

Guayaquil, Ecuador

El correo de brujas informa que a la Asamblea habría regresado algo de cordura, al menos en materia de regulación de disputas societarias. Veamos primero el contexto.

Un proyecto de reformas a la Ley de Compañías, enviado al Ejecutivo el pasado 3 de enero, planteaba la necedad de crear un innecesario y farragoso procedimiento arbitral “especial” para conflictos intrasocietarios, esto es aquellos “entre los socios o accionistas; entre éstos y la compañía, sus administradores, auditores o terceros; o entre la compañía con las personas que la administraren”, pese a que hoy bien puede pactarse que esas disputas vayan a arbitraje, con arreglo al bien conocido sistema que deriva de la Ley de Arbitaje y Mediación de 1997.

El Ejecutivo objetó esa propuesta. Cito lo que dijo en la objeción LXXXVI, que consta en el oficio enviado al Legislativo el 2 de febrero de 2023: “De aprobarse esta reforma, en lugar de solucionar… …vacíos legales o actualizar el procedimiento arbitral…. …se estaría incluyendo un nuevo régimen arbitral que coexistiría (según esta reforma) junto con la Ley de Arbitraje y Mediación… …con cada uno de los Reglamentos de los Centros de Arbitraje y con las estipulaciones que las partes hayan pactado para sus arbitrajes; lo que, a su vez, implicaría la necesidad que los Centros de Arbitraje reformen sus reglamentos para los casos del procedimiento para la resolución de controversias societarias introducido en esta reforma. Además, los mecanismos que propone esta Sección son perfectamente factibles bajo las disposiciones de la Ley de Arbitraje y Mediación, su Reglamento y los Reglamentos de los diversos centros existentes en el país, por lo que su inclusión es inconveniente e innecesaria”.

A lo dicho en esa objeción agrego yo que nada hubiese garantizado que, efectivamente, las instituciones arbitrales llegasen a decidir ajustar sus propios reglamentos para armonizarlos con la absurda reforma, de manera que, aún de llegar esta a ser aprobada, muy probablemente se convirtiese en inútil letra muerta, como terminan siendo muchas veleidades legislativas contemporáneas.

Termino el contexto y regreso al principio: el correo de brujas informa que circula, en la comisión de la Asamblea encargada de conocer las objeciones del Ejecutivo, una “matriz de recomendaciones”, entre las que se incluye una que sugiere que la Asamblea se allane al veto aquí comentado. Enhorabuena. Habría, al menos en esto, algo de cordura.

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