Calma relativa en Israel tras intercambio de fuego con Hizbulá

Benjamín Netanyahu en febrero de 2024. EFE/EPA/ABIR SULTAN

Israel amaneció este lunes en relativa calma tras la intensa jornada del domingo en la que el intercambio de fuego con el grupo chií Hizbulá a lo largo de la frontera con Líbano alcanzó niveles no vistos en los últimos diez meses de tensiones regionales.

Apenas un breve comunicado del Ejército israelí rompía hoy la monotonía habitual sobre las operaciones militares en la Franja de Gaza informando de varios ataques contra estructuras del grupo libanés en varias localidades del sur del país vecino.

Mientras, la atención de los medios volvía al conflicto palestino, a las infructuosas negociaciones para un alto el fuego en Gaza, y a las explosivas (y reiterativas) declaraciones del ministro extremista de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, sobre su deseo de construir una sinagoga en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

«El intercambio de fuego a lo largo de la frontera libanesa-israelí y los mensajes tras los ataques tanto de Israel como de Hizbulá parecen indicar que a ninguno le interesa una guerra abierta», dijo en un comunicado el exoficial de la inteligencia israelí y analista regional Avi Melamed.

Y esto a pesar de que tanto el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, como el secretario general de Hizbulá, Hasán Nasrala, intercambiaron ayer amenazas cruzadas dando a entender que los ataques de por la mañana, que dejaron un muerto del lado israelí y tres del lado libanés, eran solo el comienzo.

«Esto no termina aquí», advirtió Netanyahu, mientras que el líder chií avanzó que la represalia de ayer es solo una primera fase de la venganza prometida.

Lo cierto es que la mayoría de analistas coinciden en que el intenso intercambio de fuego del domingo, cuando Israel aseguró haber atacado de manera preventiva miles de lanzacohetes del grupo chií en el sur de Líbano que se preparaban para lanzar una represalia masiva contra territorio israelí, ha servido más para calmar las aguas que para agitarlas.

Hizbulá llevaba desde finales de julio amenazando con tomar represalias contra Israel por la muerte de su máximo comandante militar, Fuad Shukr, que fue eliminado por las fuerzas israelíes en un inesperado bombardeo contra la capital libanesa, Beirut, el pasado 30 de julio.

Ayer Nasrala aseguró que el ataque de por la mañana, que enmarcó como la «primera fase» de esta represalia, había sido completado con éxito, y que más adelante estudiarían los efectos para decidir si continuarán con futuras ofensivas.

El temor a Irán

El temor a que Irán, principal apoyo de Hizbulá y líder del conocido como Eje de la Resistencia, que incluye a las milicias palestinas y a grupos como los hutíes de Yemen, se uniera al ataque de los chiíes había hecho saltar las alarmas ante la posibilidad de que la situación desembocara en una guerra regional a gran escala.

Sin embargo, la república islámica todavía no ha dado señales de preparar una represalia inminente por el asesinato del entonces líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque atribuido a Israel en Teherán, poco después de la muerte de Shukr.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Nasser Kanaani, aseguró hoy en su cuenta de X que los ataques de Hizbulá, que ayer dijo haber lanzado hasta 340 cohetes contra 11 objetivos militares en Israel, demuestran que «el Ejército terrorista israelí ha perdido su poder ofensivo y disuasorio y ahora debe defenderse de ataques estratégicos».

«El equilibrio estratégico ha sufrido cambios fundamentales en detrimento del falso régimen (Israel)», aseguró el portavoz, que achacó a la propaganda israelí las informaciones que apuntan a que la ofensiva del grupo libanés no logró su principal objetivo, la base militar de Gilot, principal sede de la inteligencia militar.

Según el departamento de Asuntos Estratégicos de la universidad israelí de Bar-Ilan, es la acumulación de fuerzas estadounidenses en la región en las últimas semanas lo que está sirviendo para disuadir a Irán de lanzar su respuesta a la muerte de Haniyeh.

Jonathan Rynhold, director del departamento de Estudios Políticos de Bar-Ilan, aseguró en un mensaje que el principal objetivo de Washington es evitar un enfrentamiento directo entre Israel e Irán, y que permitirá de ahora en adelante a las autoridades israelíes laxitud en sus operaciones militares contra el grupo libanés.

Mientras, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ordenó a dos agrupaciones de combate con portaaviones permanecer de momento en la región. EFE (I)

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