La tierra baldía
Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador
Los antiguos buscaban en los astros claves para su destino. Solo el enigma de existir podía dar la ilusión de que seres luminosos, perfectamente circulares, podían dar al azar un sentido o una orientación. La fecha de nacimiento y la posición de los astros anticipaban males o auguraban triunfos. Siempre por supuesto en la niebla el misterio del primer día y del último.