Ruta viva
Quito, Ecuador
Hace pocas semanas descubrí un puente largo, de concreto, bien señalizado, que le daba continuidad a un camino de tercer orden, tanto que a no ser por una invitación que me forzó a adentrarme por los intersticios de Tababela, hubiera dudado que existiese, y menos con una infraestructura digna de nuestras mejores quebradas, las cortadas por el Machángara, el San Pedro, el Guayllabamba. Pero no, este puente no maridaba con ningún abismo que lo mereciese.
