Merkel aboga en Davos por la unidad europea

DAVOS, Suiza (AP) — Europa seguirá siendo una potencia económica sólo si profundiza la propia integración que ha causado tantos problemas, dijo el miércoles la Canciller alemana Angela Merkel.

Sin ello, Europa seguirá siendo poco más que un destino atractivo para vacacionar, advirtió la líder alemana a la elite global reunida en este complejo de esquí en Suiza.

El tono del discurso de Merkel no fue muy distinto a la mesura que le caracteriza, pero sería suficientemente positivo para alimentar una naciente creencia entre los líderes europeos, acerca de que Alemania —y por ende Europa— se está convenciendo finalmente de que necesita hacer lo necesario para evitar el colapso del euro.

«El mensaje es que estamos listos para más compromisos. No pondremos más excusas», dijo Merkel. Si Europa no se integra más, «seguiremos siendo un destino interesante para vacacionar durante mucho tiempo, pero no podremos generar ya prosperidad para el pueblo de Europa».

Merkel prometió hacer lo necesario para impedir el colapso del euro, y dijo que hace falta una mayor unidad europea para generar empleos y crecimiento. Sin embargo, contrarrestó los exhortos a que Europa refuerce su red de protección para las economías en problemas.

Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial
Alemania está en el centro de cualquier plan de rescate porque tiene los mayores recursos financieros en Europa. Y el continente está debajo de la lupa del resto del mundo porque muchos temen que un colapso del euro arrastre de nuevo a buena parte de los países hacia una recesión.

Durante meses, Alemania ha argumentado que los países endeudados deben recortar agresivamente sus presupuestos y que su gente debe ser más pobre, a cambio de ayuda para reducir su carga de deuda. Pero muchos señalan que ello hará poco bien, si esa misma austeridad evapora el crecimiento económico, con lo que las naciones no podrían pagar la deuda que les reste.

De hecho, varios de los jefes de empresas más importantes del mundo reconocieron el miércoles que el capitalismo está agravando las desigualdades sociales, pero consideran que es mejor que cualquier otra alternativa.

Las salvas defensivas de los ejecutivos dieron inicio al Foro Económico Mundial.

La crisis de la deuda europea y la inminente desaceleración en los países más desarrollados dominaron la reunión de este año a la que asistirán 2.600 líderes empresariales y políticos.

David Rubenstein, cofundador del Carlyle Group, dijo que el «capitalismo podría ser el peor de los sistemas, excepto por cualquier otro sistema».

La presencia de manifestantes acampados en un iglú cerca del centro de reuniones es una forma de presión sobre los asistentes al foro a tener en cuenta los miedos de los trabajadores al analizar los problemas económicos del mundo. El movimiento de los Indignados y otras protestas han llamado la atención del mundo sobre la desigualdad, el desempleo persistente y la pobreza creciente.

La crisis financiera en Grecia.
El mundo empresarial culpa a los gobiernos.

La reforma «no tiene que ver tan solo con las empresas y la codicia. Tiene que ver con la toma de decisiones», dijo el director general de Alcatel-Lucent, Ben Verwaayen. «¿Por qué Europa (y sus gobernantes) necesitan dos años para llegar a una conclusión que sabían debían enfrentar de todas maneras?»

No entró en detalles, pero aparentemente se refería al reconocimiento de la gravedad de la crisis y la necesidad de medidas audaces, como la decisión de unificar la administración económica de los países que usan el euro.

Brian Moynihan, director general del Bank of America, obligado por las protestas de Ocupemos Wall Street a desistir de cobrar una tarifa de 5 dólares sobre las tarjetas de débito, dijo que los bancos «hicieron mucho» para reducir los excesos y que los ciclos de expansión y desaceleración son parte de la estructura capitalista.

Sin embargo, otros sostuvieron que el proceso no es inevitable y que los gobiernos deben asumir un papel más enérgico al regular los negocios.

Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, dijo que se ha «perdido la brújula moral» y advirtió que si los gobiernos no invierten en la protección social ahora, «vendrá una turbulencia social que a nadie le va a gustar».

El director general de la gran firma contadora Deloitte, Joe Echeverría, habló de desarrollar un «capitalismo compasivo».

«Hay que aceptar la regulación, equilibrar la necesidad de proteger a la sociedad con la de evitar ahogar el crecimiento», dijo Echeverría a The Associated Press en Davos. «Creo que eso debe manifestarse a través de las decisiones que toman los gobiernos y las empresas».

Mientras los directivos debaten en Davos, tenedores de bonos griegos se reunían a puertas cerradas en París para discutir cómo —y si— continuaban esas reuniones cruciales para la crisis de la deuda en Europa, dijo una fuente allegada a los acreedores.

Encuestas previas al foro dijeron que cundía el pesimismo entre los jefes de empresa al tiempo que caía la confianza del público en los líderes, tanto empresarios como políticos, alimentando la sensación de fragilidad que aqueja a las economías estadounidense y europea y el temor de que arrastren consigo a la economía mundial.

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Pan Pylas y Edith M. Lederer contribuyeron con este despacho.

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