Cruz Roja considera ya guerra civil el conflicto en Siria

La Cruz Roja Internacional anunció el domingo que a su juicio el conflicto en Siria es ya una guerra civil, mientras que el gobierno de ese país negó la afirmación de la ONU de que sus fuerzas emplearon armas pesadas durante una operación militar que ha generado amplia condena internacional contra el régimen del presidente Bashar Assad.

La evaluación hecha por el Comité Internacional de la Cruz Roja es una referencia importante que permite a las partes de un conflicto determinar qué cantidad y qué tipo de fuerza pueden o no usar.

El portavoz del CIRJ, Hicham Hassan, dijo en Ginebra que el derecho humanitario se aplica ahora en cualquier lugar que ocurran hostilidades en Siria, donde los combates se han propagado más allá de los puntos más conflictivos de Idlib, Homs y Hama.

El derecho humanitario internacional otorga a las partes de un conflicto el derecho de usar la fuerza apropiada para lograr sus objetivos. Pero los ataques a civiles y el maltrato o muerte de detenidos pueden constituir crímenes de guerra.

«Ya estamos hablando de un conflicto armado no internacional en el país», señaló Hassan.

El CIRJ había restringido hasta ahora su evaluación sobre la magnitud del conflicto a las zonas más afectadas.

«Las hostilidades se han diseminado a otras áreas del país», declaró Hassan a The Associated Press. «El derecho humanitario internacional se aplica a todas las áreas donde haya hostilidades».

En tanto, Siria negó el domingo las afirmaciones de la ONU de que fuerzas gubernamentales emplearon armas de grueso calibre durante una operación militar que dejó montones de muertos.

El portavoz de la cancillería, Jihad Makdissi, dijo que la violencia del jueves no fue una masacre, sino una operación militar contra combatientes armados que habían tomado control de la aldea de Tremse.

Pero la ONU ya implicó a las fuerzas de Assad en el ataque. El jefe de la misión observadora de la organización dijo el viernes que monitores estacionados cerca de Tremse vieron al ejército emplear armas pesadas y helicópteros artillados.

El sábado, observadores de la ONU que investigan las muertes encontraron charcos de sangre en casas, así como balas y proyectiles de morteros y de artillería, lo cual añade detalles a lo que los activistas opositores consideran uno de los acontecimientos más sangrientos desde el inicio de la sublevación en el país. Los observadores prevén regresar a Tremse el domingo.

La cifra de los muertos en Tremse oscilan entre 100 y 152. Algunas decenas de los cuerpos fueron enterrados en aldeas vecinas, incluidos cadáveres quemados hasta el grado de que fue imposible identificarlos.

La verificación de los hechos de manera independiente es casi imposible en Siria, uno de los países más restrictivos del Medio Oriente, que prohibe el trabajo independiente a la mayoría de los medios de comunicación.

Los observadores están en Siria como parte de un frágil plan de paz del enviado especial de la ONU, Kofi Annan.

La violencia en Tremse fue el más reciente de una serie de ataques cruentos en la rebelión que cumple 16 meses contra Assad. En la revuelta han muerto más de 17.000 personas, según activistas.

Aunque una gran parte de la comunidad internacional se ha vuelto contra Assad, Damasco tiene todavía algunos aliados clave, como Rusia e Irán. El Kremlin anunció el domingo que Annan se reunirá el martes con el presidente Vladimir Putin.

También el domingo, el canciller iraní, Alí Akbar Salehi, dijo que Irán está dispuesto a conversar con grupos opositores y emisarios gubernamentales de Siria, de acuerdo con la agencia oficiosa de noticias ISNA.

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