Gaby

María Fernanda Egas
Miami, Estados Unidos

Finalmente comienza a ver la luz un proyecto de Reforma Migratoria en los Estados Unidos, que abre el camino para sacar de la ilegalidad a buena parte de los 11 millones de indocumentados. Este es un paso que obviamente no se dio solo. Fueron cuatro meses caminando 1.500 millas desde Florida hasta Washington D.C., en los que cuatro jóvenes “sin papeles” intentaron crear conciencia y abrir una vía de diálogo con la sociedad y la clase política estadounidense. Enfrentaron el odio del KuKluxKlan y conocieron la solidaridad y generosidad de miles de ciudadanos. Al llegar a la Casa Blanca el 1 de mayo del 2010, una de las peticionarias fue la ecuatoriana Gaby Pacheco, y desde entonces juega un rol fundamental en este nuevo capítulo de la historia de los derechos civiles.

Gaby Pacheco llegó a Miami con su familia cuando tenía 7 años, en 1993. Fue desde siempre destacada no solo por obtener las mejores calificaciones, sino también por su liderazgo en la asociación estudiantil. Al terminar la secundaria, mostró las más altas aptitudes para servir en la Fuerza Aérea, pero su condición migratoria le impidió ser reclutada. Pudo estudiar gracias a una visa de estudiante internacional en el Miami Dade College, donde obtuvo tres títulos. Fue allí que pronto cayó en cuenta de que su situación la compartían 2 millones de estudiantes en todos los Estados Unidos de América. Y decidió hacer algo al respecto. Primero fue presidenta de la asociación de estudiantes y pronto pasó a representar a los estudiantes de todo el estado de la Florida. Contaba su historia a todo el mundo, aspirando a que se entendiera que su situación la compartían muchos amigos de ciudadanos americanos, vecinos, compañeros de clases, que han vivido con el peligro constante de ser deportados, como se encontraban ella y su familia. Su lucha por lograr el reconocimiento de inmigrantes en su misma situación apenas había comenzado.

Decidieron iniciar esta caminata que en la prensa nacional repercutió como el “Trail of Dreams”, cuyo objetivo fue hacer un llamado al Presidente Barack Obama a recapacitar ante las duras medidas que había tomado su administración hacia los indocumentados. Recordemos las imágenes tan dolorosas de inmigrantes con grilletes, niños cuyos padres fueron deportados, y niños deportados junto a sus padres. A pesar de que los soñadores o “dreamers” no obtuvieron una respuesta positiva del Senado a su “Dream Act” debido a un boicot –intereses opuestos de corporaciones carcelarias, representantes de restaurantes y de la construcción- que hizo colapsar las líneas telefónicas con llamadas de rechazo a la misma; Obama hizo una excepción y detuvo las deportaciones y la separación de familias de los soñadores. “Usualmente es necesario que una persona le abra las puertas a otras” profesa Gaby, quien suele desempeñarse en varios frentes a la vez, pero le ha prometido a su padre no abandonar la lucha por los inmigrantes y está al frente de toda manifestación y conferencia sobre inmigración en el Estado que la necesite.

A la luz de los primeros debates de la Reforma Migratoria en la que participa una comisión bipartidaria conocida como el “Grupo de los Ocho”, los protagonismos surgen. Obama tiene una deuda política muy grande con los inmigrantes, pues obtuvo más del 70% del voto latino para su reelección. Se pudiera inferir que es un tema impulsado por los demócratas, pero los republicanos, incluyendo su ala más conservadora, el “Tea Party”, finalmente mostraron interés en la reforma –rediseñarse o morir- y parece una buena oportunidad para probar el liderazgo de uno de sus precandidatos preferidos: el Senador por la Florida, Marco Rubio.

No es difícil pensar que, como dijo Obama, se trata de una propuesta consensuada, en la que juegan intereses de todos y por tanto, no pueden todos obtenerlo todo. Hay que atender los intereses de los electores, como aquellos que reclaman un estricto control en la frontera, lo que significa incluir un presupuesto billonario en equipos terrestres y aéreos, así como cercas reforzadas, patrullaje constante y puestos de control. Pero afortunadamente, el proyecto exhorta al no uso de violencia policial en la frontera. También se propone que en la consideración para entrega de visas a los inmigrantes no sea estipulado como impedimento antecedentes en infracciones leves como las de tránsito.

Las visas para la reunificación familiar y el retorno de inmigrantes deportados son un capítulo con muchas esperanzas. Al revisar la propuesta, sin duda hay una enorme inspiración en los “soñadores”, quienes seguirán trabajando por incluir mejores condiciones. “La gente que te dará la reforma es la que ha luchado por ella”, enfatiza Gaby.

Su liderazgo no la hace una persona con ansias de figurar. Por su parte, no saca a relucir sus dos recientes visitas a la Casa Blanca, adonde fue invitada a la última fiesta de Navidad, así como a la celebración del Día de la Mujer. Ha sido una de las oradoras en Ted.com y pronto la podremos leer en The Huffington Post. Puede ganarse modestamente la vida dando charlas y asesorías, a sus 28 años de edad.

Los recuerdos del Ecuador se han detenido en el tiempo, pues no ha regresado. Se siente un poco culpable por no estar haciendo nada por su país natal, aunque en las últimas elecciones recibió una propuesta para asambleísta por una coalición de partidos. Considerando que es el cerebro tras decenas de marchas y protestas, qué cree que podría pasarle en un país como Ecuador donde la protesta social está judicializada? “Estaría presa, o exiliada”, dice Gaby con pena.

Se respira política y música en la familia: Silvana y Gustavo Pacheco los visitan cuando llegan a ofrecer sus espectáculos a Miami. Gaby toca la viola y obtuvo uno de sus títulos en musicoterapia para niños y adultos autistas. Está optimista pues la temática migratoria ya está siendo abordada en Hollywood, como el reciente estreno “The Dream is now”, de Davis Guggelheim, el laureado director de “Una verdad inconveniente”. Y los mayores representantes del Sillicon Valley, Marck Zuckerberg incluido, se han manifestado abiertamente a favor de la inmigración debido al aporte de sus destrezas y a la creatividad en los nuevos negocios que hoy se le reconoce, como la creación del 40% de las 500 empresas que enlista la revista Fortune, así como una cuarta parte de las “start-ups”, cuyas iniciativas mostraban estar empezando a declinar ante la amenaza de la aplicación de estrictas medidas a los indocumentados, (Kauffman Foundation -The Economist, abril 2013).

A partir de ahora, cuando se vayan debatiendo en las siguientes instancias las nuevas oportunidades de visas de trabajo para la agricultura, y de cambio de estatus para los estudiantes y sus familiares indocumentados, mejores consideraciones para asilados políticos y refugiados, profesionales, inversionistas, ejecutivos internacionales, así como una disponibilidad ilimitada de visas para extranjeros destacados en las ciencias y las artes, debemos recordar que la lucha por el reconocimiento del aporte y necesidad de los inmigrantes en los Estados Unidos ha contado con Gaby Pacheco, una ecuatoriana soñadora, llena de fe y absolutamente determinada que asegura: “Siempre voy hasta el final de lo que me propongo”.

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