Abuelas de Plaza de Mayo: Quien llore a Videla, no llora a una buena persona

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aseguró este viernes que para los miembros de su asociación la muerte del exdictador Jorge Rafel Videla «es casi un alivio» y que «quien le llore, que sepa que no llora a una buena persona«.

«No creo que gente de bien pueda hacer eso. Nosotros no sentimos alegría. No es nuestra costumbre celebrar, pero su muerte nos deja casi aliviados«, indicó Carlotto en rueda de prensa junto a representantes de la organización de hijos de desaparecidos durante la dictadura argentina.

La presidenta de Abuelas aseguró que «deja la faz de la tierra un hombre deshumanizado, sin escrúpulos para idear un plan de exterminio. No confesó sus crímenes, no se arrepintió ni tuvo un gesto de humanidad, todo lo contrario, reivindicó lo que hizo y prometió volver a hacerlo si fuera necesario».

«Él seguía insistiendo en ser una víctima y un preso político. Murió con muchísima información y nos queda el pesar de que no haya contribuido a decir dónde están nuestros desaparecidos», dijo.

De Carlotto recordó que «quedó sin condena por muchísimos delitos, el más próximo el Plan Cóndor, pero fue condenado por muchos otros en muchos lugares del país».

«El más emblemático, subrayó, fue el del plan sistemático del robo de bebés por el que fue condenado a 50 años de cárcel. Es cierto que queda inconclusa la historia de las condenas, pero al menos se le pudo condenar después de tantos años sin poder hacer justicia».

La presidenta de Abuelas afirmó que «todo lo que sucede es una construcción histórica» en la que «vamos avanzando tranquilos, sin venganzas, sin odios, sin mortificar y perseguir a jueces lo estamos consiguiendo».

«Y claro que es un mensaje para todos porque no solamente no estamos juzgando a los uniformados, sino que hay que empezar a juzgar a los civiles y a otros sectores de la sociedad. No estamos hablando de un terreno o de una casa, estamos hablando de vidas y la vida es sagrada», concluyó.

Videla, de 87 años, falleció hoy de muerte natural en prisión mientras enfrentaba un nuevo juicio por crímenes del Plan Cóndor. EFE

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