La matriz productiva

Nicholas Gachet
Quito, Ecuador

El cambio de la matriz productiva es, en estos tiempos, uno de los puntos de debate que más circula en el ámbito económico. Revisemos un poco a qué se refiere esto (en mi perspectiva) y, posteriormente, una pequeña reflexión.

¿Qué es una matriz productiva? Como yo lo veo, este término engloba un significado matemático y económico al mismo tiempo. Una matriz es una forma de ordenamiento de números que pueden representar tanto vectores como puntos en un plano. Lo esencial de esto es que tanto filas como columnas de una matriz tienen que ver unas con otras en su intersección.

La parte productiva, obviamente, tiene una connotación económica. Las preguntas comunes en economía para referirse a la producción son: ¿Qué producir? ¿Cómo producir? Y ¿Para quién producir?. Todo esto engloba el aparato productivo de un país que, por medio de diferentes industrias, genera bienes (o servicios) a ser consumidos por clientes.

Uniendo estos dos conceptos , podemos deducir que la matriz productiva es una forma de ordenamiento de los diferentes procesos productivos de una economía. Este ordenamiento (matriz) combina insumos y bienes finales con el objetivo de divisar de una manera clara la dinámica de las industrias y de cómo estas se intersecan (esto fue desarrollado, académicamente, en la matriz de Leontief).

Cambiar (o diversificar) la matriz productiva se refiere a ampliar la cantidad de industrias tanto de insumos como de bienes finales con el fin de agrandar el aparato productivo ecuatoriano. La propuesta del Gobierno de hacer esto parece coherente ¿o no? .

Una pequeña reflexión:

¿Cómo los técnicos económicos saben qué tipo de industrias fomentar dentro de este esquema de la matriz productiva? La respuesta: no lo saben.  Aunque ellos tengan respeto a la lógica, esta puede estar equivocada o mal interpretada.

Hace 20 años, en Chile, existió el llamado “boom” del salmón ahumado. Muchas industrias se situaron alrededor de este producto y colocaron a este país en la vanguardia de su producción.

La lógica nos lleva a pensar por el lado de la tecnología para crecer y ser competitivos, pero ¿el salmón ahumado? No suena tan sofisticado.

Quisiera dejar en su consideración, estimado lector, si este tipo de procesos tienen que surgir desde la espontaneidad y el conocimiento colectivo de las personas emprendedoras, o más bien desde la planificación central con amplia pretensión de conocimiento.

Mi opinión: el salmón gana.

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