El Universal pudo haberse vendido en menos de 22 millones

Vista del edificio del diario venezolano El Universal en el centro de Caracas, Venezuela, el viernes 4 de julio de 2014. (AP Photo/Ramon Espinosa)

BOGOTÁ, Colombia (AP) — El nuevo presidente del periódico venezolano El Universal se abstuvo de precisar el monto por el cual la empresa española Epalisticia compró el diario, toda vez que aseguró no haber participado de la negociación, según una entrevista divulgada el domingo.

Luego de que se oficializara la venta del impreso más antiguo de Venezuela a Epalisticia S.L., permanecen en el misterio los nombres de los socios del consorcio ibérico y el costo de la transacción, sobre la que se especuló habría alcanzado los 90 millones de dólares.

«Yo no participé en el proceso de negociación. Mi trato con los accionistas es posterior», sostuvo el recién elegido presidente Jesús Abreu Anselmi, viceministro de Infraestructura en los años 80 y experto en rescatar a empresas en crisis.

Dijo que al parecer fue «una cifra menor» a los 90 millones de dólares y remitió a las declaraciones que dio el viernes a la cadena Bloomberg, José Luis Basanta, supuesto abogado de Epalisticia, en las que se lee que el diario fue vendido por «menos de 22 millones de dólares».

Sin referirse con nombre propio a los socios, Abreu negó que estos tengan negocios o vínculos con el gobierno del presidente Nicolás Maduro y aseguró que la línea editorial «caracterizada por la imparcialidad se mantendrá absolutamente».

«No sólo seremos críticos del gobierno, sino de todo aquello que sea necesario criticar», agregó el empresario ante la preocupación que existe de que El Universal abandone su postura fiscalizadora al gobierno.

Desde la muerte del presidente Hugo Chávez y la asunción de Maduro, otros dos medios privados y opositores han sido vendidos: Globovisión y la Cadena Capriles.

Las arbitrariedades contra la libertad de prensa, cometidas por el chavismo, han sido ampliamente registradas y denunciadas por organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y Human Rights Watch.

Por las dificultades en el importe de papel periódico en los últimos meses, varios rotativos han dejado de circular o han reducido su tamaño. La crisis del papel, en parte, ha sido resistida gracias al envío del material desde países como Colombia, cuyas organizaciones mediáticas han liderado férreas campañas de solidaridad.

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