Al Asad jura un tercer mandato en el que intentará aplastar «el terrorismo»

Fotografía de la página oficial de Facebook de la Presidencia siria que muestra al presidente sirio, Bachar Al Asad (c), pasando revista a la guardia que le rinde honores a su llegada a la ceremonia en la que juró el cargo de presidente para un tercer mandato de siete años, en Damasco, Siria, hoy, miércoles 16 de julio de 2014. EFE

Damasco, 16 jul (EFE).- El mandatario sirio, Bachar al Asad, juró hoy el cargo de presidente para un tercer mandato de siete años tras su victoria electoral en junio, que empleará para luchar contra «el terrorismo» y llevar el país «a un futuro mejor».

«Renuevo mi llamamiento a quienes fueron embaucados con el fin de usar las armas contra el Estado para que se rindan, porque no pararemos la lucha contra el terrorismo hasta que restablezcamos la seguridad», dijo en un discurso durante la ceremonia.

Vestido con traje y corbata azul, Al Asad, de 48 años, prestó juramento de acuerdo con la Constitución y con la mano derecha sobre el libro sagrado musulmán del Corán.

El acto se desarrolló en una sala del Palacio Presidencial de Damasco, adonde asistieron los miembros del Parlamento y otros invitados, y donde destacaba un retrato gigante de su padre y antecesor en el cargo, Hafez al Asad (1971-2000).

Durante la alocución, Al Asad expuso las que serán las líneas maestras de sus políticas en la próxima etapa, en la que no parece que vaya a cambiar su gestión del conflicto.

En su opinión, Siria es objetivo de una agresión «que no tiene como blanco ni a las personas ni al Gobierno, sino a la patria».

Y describió las elecciones presidenciales del pasado 3 de junio como «una bala disparada al pecho de los terroristas y a aquellos que están detrás de ellos».

Al Asad venció en los comicios con el 88,7 % de los sufragios, muy por delante de sus dos contrincantes, en una votación desarrollada únicamente en las zonas bajo control gubernamental y con una participación del 73,42 %.

«Miramos el futuro con mayor confianza -agregó-. Creemos que el futuro será nuestro y estará en manos de los sirios y de nadie más».

El presidente sirio tiene la intención en su tercer mandato de impulsar un diálogo nacional, al que precisó que no estarán invitados aquellos que «han demostrado no ser patriotas».

Dirigiéndose a los líderes exiliados de la oposición, adelantó que su gobierno dialogará «con las fuerzas sirias que están en el extranjero como si fueran representantes de los países a quienes son fieles».

En varias ocasiones, Al Asad, con semblante relajado, fue interrumpido por los aplausos del público, e incluso por alabanzas de los asistentes, como uno que le gritó: «Eres un regalo para nosotros venido del Cielo».

En referencia a la presencia en Siria del grupo radical Estado Islámico, que ha proclamado un califato musulmán en este país y en Irak, Al Asad se presentó como baluarte en el mundo contra el extremismo.

Además, advirtió a los Estados que apoyan el «terrorismo» de que puede volverse en contra de ellos: «Pronto, veremos a países árabes, regionales y occidentales, que respaldan el terrorismo, pagar un precio caro», alertó sin precisar los nombres de esos estados.

A lo largo de la hora y media de discurso, Al Asad desgranó también las que serán sus políticas en varios ámbitos.

Una de sus prioridades será combatir la corrupción económica y administrativa, que, indicó, acaba corrompiendo el patriotismo.

En el plano económico, anunció que se alentarán las inversiones, los proyectos de reconstrucción y se estimulará la creación de puestos de trabajo con ayudas a las pymes.

Tras su juramento, se espera que el Ejecutivo presente de un momento a otro su dimisión al presidente, que tendrá que designar a un nuevo primer ministro.

Al Asad accedió por primera vez a la Presidencia siria el 17 de julio de 2000, tras la muerte de su padre, el 10 de junio de ese año.

Las pasadas elecciones fueron las primeras con más de un candidato en medio siglo en Siria, gracias a la nueva ley electoral, sancionada en marzo pasado por el Parlamento, y la Constitución, aprobada en un referéndum en 2012.

Los comicios de junio se desarrollaron en medio de un conflicto, que ya va por su cuarto año y que, según activistas, ha causado ya más de 171.000 muertos. EFE

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