Estado Islámico saquea y destruye un tercer sitio arqueológico

Jorsabad. Foto: EFE/Archivo

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) saqueó y destruyó la ciudad antigua de Dur Sharrukin, actual Jorsabad (norte), capital de Asiria durante parte del reinado de Sargón II (722 – 705 a.C.), en el cuarto ataque a sitios arqueológicos del norte de Irak desde finales de febrero.

Tal y como hicieron ayer en la ciudad de Hatra, los yihadistas utilizaron excavadoras para arrasar esta ciudad antigua, antes de robar muchas de sus antigüedades, informó a Efe una fuente de las fuerzas de seguridad de la provincia de Nínive, en el norte de Irak, donde se encuentra la localidad destruida.

En una nueva pérdida irrecuperable de su patrimonio, Irak ha visto esta vez cómo han desaparecido importantes vestigios como el palacio del rey asirio Senaquerib, hijo de Sargón II, según informó a Efe la presidenta de la Comisión de Turismo y Antigüedades de la gobernación de Nínive, Balqis Taha.

Los yihadistas destruyeron además el palacio del propio Sargón II, quien designó a Dur Sharrukin como capital de Asiria en el año 717 a.C, precisó la fuente de las fuerzas de seguridad.

La ciudad continuó como capital hasta dos años después de la muerte del monarca, cuando fue de nuevo Nínive la designada.

Otros edificios y templos también fueron arrasados por los radicales en esta ciudad, hoy conocida por el nombre de Jorsabad y ubicada 15 kilómetros al noreste de Mosul, capital actual de la provincia de Nínive y controlada por los yihadistas desde el pasado mes de junio.

Con este ataque, los extremistas han continuado su particular «yihad» arqueológica que iniciaron a finales de febrero con la destrucción de importantes piezas del Museo de la Civilización de Mosul, algunas de la cuales databan de la época asiria (siglos VIII y VII a.C.).

Entonces, un video difundido por internet mostró cómo los yihadistas destruían con grandes mazos y taladros decenas de estatuas de un valor histórico y cultural incalculable.

En las imágenes, uno de los extremistas justificaba sus actos de vandalismo asegurando que los pueblos de la antigüedad adoraban a ídolos «en vez de a Alá».

Además, señalaba que el propio profeta Mahoma destruyó en la ciudad de La Meca figuras de ídolos locales.

La directora general de la Unesco, Irina Bokova, pidió entonces una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la protección del patrimonio cultural de Irak. Algo que todavía no se ha producido.

Días más tarde, fue la ciudad asiria de Nimrud la que fue arrasada por los yihadistas.

Tras este ataque, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, pidió «respeto y protección» para el patrimonio de Siria e Irak.

Ayer, le tocó el turno a la milenaria localidad de Hatra, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Los yihadistas arrasaron con grandes excavadoras monumentos arqueológicos como el palacio, el templo y la muralla interna de esa ciudad de 2.000 años de antigüedad.

Todos estos ataques al patrimonio iraquí han provocado la reacción del Gobierno de Bagdad, que ha levantado la voz contra la comunidad internacional y criticado su ayuda en la lucha contra el grupo extremista.

El ministro iraquí de Turismo y Antigüedades, Adil Shashab, dijo en declaraciones a los periodistas que «la relajación de la respuesta internacional a los grupos terroristas ha causado la destrucción de las antigüedades iraquíes».

Además, el ministro recordó su reciente llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que organice una reunión extraordinaria sobre la destrucción del patrimonio iraquí. EFE

Más relacionadas