Para los cubanos negros, Obama es fuente de inspiración

En un negocio decorado con banderas, el peluquero Héctor Oliva Buides le corta el cabello a su cliente Damián Caballero Consuegra en la Vieja Habana, Cuba, el sábado 19 de marzo de 2016. Uno de los primeros actos de Fidel Castro tras derrocar al gobierno cubano fue poner fin a un régimen de segregación inequitativo para los negros similar al que había en Estados Unidos. Los afrocubanos elogian la incorporación que hizo el país de la oposición al racismo en su ideología oficial, y reconocen que los cubanos negros han logrado avances dramáticos gracias a la revolución. (Foto AP/Rebecca Blackwell)

LA HABANA (AP) — Es casi seguro que los ancestros de Yolanda Mauri llegaron a Cuba encadenados para trabajar como esclavos en una isla de plantaciones francesas de café y campos españoles de caña.

Sus padres fueron los primeros profesionales de la familia al completar sus estudios de ingeniería luego que la revolución cubana de 1959 puso fin a la segregación. Mauri, de 26 años, se graduó de una universidad técnica de élite con un título en programación computacional.

Actualmente, lucha por sobrevivir con un empleo mal pagado en el gobierno y trabajos independientes, como la creación de páginas web. Ella siente la punzada del racismo en comentarios despectivos casuales o cuando una empleada le niega un lugar en un restaurante costoso.

Para Mauri y cientos de miles de cubanos negros, Barack Obama no es sólo el primer mandatario estadounidense en visitar su país en cerca de nueve décadas. Es un hombre de raza negra cuyo ascenso al puesto más poderoso del mundo es una fuente de orgullo e inspiración.

La visita de Obama del 20 al 22 de marzo ha avivado las esperanzas de todos los cubanos de que una nueva era en las relaciones con Estados Unidos pondrá fin a un embargo comercial estadounidense y mejorará la vida en la isla.

Para los afrocubanos en particular, la visita presidencial trae consigo algo especial: la esperanza de que un líder afro-estadounidense con una popularidad casi mundial entre los cubanos de todas las razas, ayude a terminar con los prejuicios y la inequidad persistentes.

«Es negro, y en algún momento de su vida él tiene que haberse dado cuenta que como afroamericano al fin él tenía que elevar su modo de actuación… por ser negro tienes que esforzar doble para conseguir lo mismo que un blanco», dijo Mauri. «Yo me identifico muchísimo con él por ese sentido… la intención».

La cultura cubana es una mezcla de influencias africana y española. Su música de renombre mundial y las tradiciones dancísticas se inspiran profundamente en las culturas de los esclavos provenientes de África Occidental. Su religión de la Santería es una combinación de catolicismo y de las prácticas Yoruba de África Occidental.

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Una de las primeras medidas de Fidel Castro tras derrocar al gobierno cubano fue declarar el fin de un régimen de segregación que era un reflejo de las condiciones desiguales para los negros en Estados Unidos. Los afrocubanos elogian la incorporación de una postura antirracista en su ideología oficial del país, y reconocen que los cubanos negros han hecho un avance enorme gracias a la revolución.

Pero cerca de 60 años después, los afrocubanos no están lo suficientemente representados en las esferas políticas y económicas de Cuba y constituyen un número desproporcionado de los pobres en las urbes y en los campos.

Los cubanos negros se han beneficiado menos que los blancos de las relaciones más cercanas con Estados Unidos. Relativamente pocos cuentan con empleos codiciados y lucrativos en que presten servicios a los visitantes extranjeros.

Las contrataciones discriminatorias resultan particularmente indignantes en los elegantes restaurantes privados donde los cubanos pueden ganar más en una noche en propinas de los turistas que el salario promedio mensual. Ahí, al igual que en muchos empleos en la industria de la hospitalidad y el turismo de Cuba, meseros y camareros son en su inmensa mayoría blancos o cubanos de piel clara y mestizos o de otra mezcla racial.

La ideología del gobierno cubano de no permitir los prejuicios raciales implica que se hable poco de temas raciales de manera oficial, y que haya pocos programas para ayudar a los cubanos negros a superar el legado de esclavitud y segregación.

«Allá la gente mira a los negros como lo último, y como él es negro ya nosotros tenemos un lugar, aquí y allá», dijo Rosa López, una vendedora de bocadillos en un mercado público del vecindario La Isla, de clase trabajadora de La Habana. «Tener un presidente de los Estados Unidos negro nos da un poquito más de orgullo».

Algunos cubanos negros se refieren afectivamente a Obama como «el negro» en las animadas conversaciones sobre el próximo arribo del presidente, y algunos de los artículos más populares a la venta previo a la visita son imágenes del presidente y la primera dama que los representa hablándose entre sí en un español distintivamente afrocubano en un gracioso diálogo falso.

Dos cubanos sonríen mientras participan en una reunión semanal para bailar rumba en La Habana, Cuba, el sábado 19 de marzo de 2016. Para cientos de miles de cubanos de raza negra, Barack Obama no es sólo el primer líder estadounidense en visitar su país en casi nueve décadas. Es un hombre negro cuyo ascenso al puesto de mayor poder en el mundo es una fuente de orgullo e inspiración. (Foto AP/Desmond Boylan)
Dos cubanos sonríen mientras participan en una reunión semanal para bailar rumba en La Habana, Cuba, el sábado 19 de marzo de 2016.  (Foto AP/Desmond Boylan)

De acuerdo con las cifras oficiales, 10% de la población de los 11 millones de habitantes se identifica a sí mismo como negro. Otro 25% se identifica ante los encuestadores como de una mezcla de raza, una clase racial que también sufre de discriminación social en Cuba, si bien a un menor grado.

En declaraciones notablemente cálidas sobre su estima por el presidente estadounidense, Raúl Castro ha citado específicamente los antecedentes personales de Obama como un factor en la nueva relación entre ambos países, sin hablar de manera directa sobre el tema racial.

«Admiro su origen humilde, y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde», dijo Castro antes de sostener una reunión con Obama en la Cumbre de las Americas en Panamá el 11 de abril de 2015.

Para muchos en Cuba, sin importa la raza, el estatus histórico de Obama como el primer presidente negro de Estados Unidos, resulta inextricable de su papel histórico en la reanudación de los lazos diplomáticos con Cuba y su camino hacia la normalización de las relaciones.

«Fue el único hombre afroamericano que ha podido aflojar», señaló Orlando Vila, de 50 años, en referencia a las relaciones entre los dos países y jefe de un grupo de trabajadores autónomos que reparan un almacén operado por el gobierno en La Habana Vieja. «Ha enfrentado la realidad de la vida —la gente está esperando un cambio aquí también».

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