La sociedad civil al rescate

Sin embargo, tan pronto sucedió, en medio del shock, de la información confusa, escasa y contradictoria, y a pesar del colapso del orden y de los servicios básicos en las zonas más afectadas, inmediatamente empezaron a surgir individuos que deslumbraron por su capacidad de supervivencia, de coordinación y por su entrega. Desde vendedores ambulantes, pasando por las pequeñas y medianas empresas, familias de diversos niveles de ingresos, las iglesias y clubes, hasta las grandes empresas y las ONG, todos se hicieron presentes con donaciones de su tiempo y recursos.

¿Cómo ha ayudado la sociedad civil en otros lugares? Consideremos el caso del huracán Katrina en EE.UU., uno de los más mortales en la historia de ese país. El 29 de agosto de 2005 un huracán azotó la costa del Golfo de México, causando más de 1.800 muertes y una destrucción severa, concentrada en los estados de Luisiana y Mississippi.

Aunque mucho de lo que se ha escrito acerca de la gestión de este desastre natural se enfocó en el pésimo desempeño de las autoridades locales, a nivel de los estados y a nivel del gobierno federal, hay algunos estudios que destacan el papel positivo que jugó la sociedad civil. Por ejemplo, Wal-Mart llegó al área afectada por el huracán antes que FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias), previniendo que se dieran saqueos mediante su oportuna y eficiente provisión de alimentos y agua a los damnificados. De igual forma lo hicieron empresas como Home Depot y Lowe’s. Un estudio señala que “durante las tres semanas posteriores a la llegada de la tormenta, Wal-Mart envió casi 2.500 camiones llenos de mercadería a las zonas afectadas y tenía conductores y camiones listos para enviar materiales de socorro a miembros de la comunidad y a quienes estuvieran dispuestos a ayudar”.

La empresas telefónicas alistaron torres móviles de celulares y enviaron generadores y combustibles. Home Depot envió generadores, linternas, baterías y madera. McDonald’s convirtió todas las cajas receptoras de donaciones para la Caridad de Ronald McDonald’s para Vivienda en donaciones para alivio a los damnificados de Katrina. La empresa Proctor & Gamble lanzó su programa “Cargas de Esperanza”, mediante el cual donó su detergente Tide, camiones, vanes y trabajadores que lavaron gratuitamente 30.000 cargas de ropa en centros móviles de lavado y recolectaron, clasificaron y distribuyeron donaciones de ropa.

No olvidemos tampoco el papel importante que pueden jugar otro tipo de instituciones de la sociedad civil en la reconstrucción de comunidades damnificadas, como las iglesias y clubes. Por ejemplo, la Iglesia católica Mary Queen de Vietnam (MQVN) de Nueva Orleans jugó un papel crucial en la reconstrucción rápida de la zona este de la ciudad.

En algunos casos, estas empresas, organizaciones de la sociedad civil y las autoridades locales tuvieron que ignorar o violar abiertamente las disposiciones de las autoridades de los estados y del gobierno federal para poder hacerles llegar la ayuda lo más rápido posible a los damnificados. Es de esperar que sigan brillando por su entrega e ingeniosidad individuos de la sociedad civil ecuatoriana. Hay que tener en cuenta que su espacio de maniobra lamentablemente se verá reducido mientras el Estado la continúe cargando con más impuestos. (O)

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