Extremistas armenios asaltan cuartel de la policía y llaman a la sublevación

Un grupo de extremistas armenios tomó hoy la sede de la Policía en la capital, Ereván, para demandar la liberación de su líder, el opositor y veterano de guerra Zhirair Sefilián, y llamar a la sublevación armada contra el Gobierno.

Los hombres armados irrumpieron esta mañana en las instalaciones de la policía y las tropas del Ministerio del Interior en el sur de Ereván al derribar el portón con ayuda de un camión, asalto en el que murió un coronel y otros cuatro policías resultaron heridos.

Los asaltantes retienen en el cuartel al subjefe de la policía nacional, el general Vardán Eguiazarián, y a varios agentes, según el diputado Nikol Pashinián, quien participó en las negociaciones.

Además de la liberación de Sefilián, detenido desde hace casi un mes por conspirar para revertir el orden constitucional, los rebeldes demandan la dimisión el presidente, Serge Sargsián, y la formación de un gobierno de transición.

Nada más tomar el edificio, sus partidarios utilizaron las redes sociales para llamar al pueblo armenio a salir a la calle para protestar y algunos incluso hablaron del inicio de una «sublevación armada».

No obstante, esto fue negado inmediatamente por el Servicio Nacional de Seguridad (SNS), que tachó esos rumores de «desinformación» y aseguró que «controla completamente la situación».

Con todo, para evitar sorpresas las autoridades han movilizado tropas para acordonar el edificio, apostado francotiradores en los edificios adyacentes y han cerrado todos los accesos al barrio de Erebuni, sur de Ereván, donde se encuentra el cuartel, y la principal carretera que lleva a la ciudad.

Además, retiraron las pancartas del grupo liderado por Sefilián, Parlamento Fundacional, instaladas hace varios meses en la céntrica plaza de la Libertad.

El asalto ocurrió poco después de la intentona golpista protagonizada por un grupo de militares en la vecina Turquía, país con el que Armenia no mantiene relaciones diplomáticas debido a su negativa a reconocer el genocidio armenio cometido por el Imperio otomano durante la I Guerra Mundial (1914-1918).

Por el momento, las autoridades armenias han optado por negociar con los asaltantes, pero admitieron públicamente que ya preparan una operación de rescate, como lo demuestra el hecho de que dos blindados militares han sido aparcados en las proximidades.

El SNS, que logró liberar a dos de los rehenes, dijo que los comandos de las fuerzas especiales se encuentran en las inmediaciones en estado de máxima alerta, pero «por el momento no han recibido la orden de asalto».

«Las negociaciones continúan. Les conminamos a entregarse. Las fuerzas de seguridad tienen todas las fuerzas y medios necesarios, y tomarán las medidas que requiera la situación», dijo Unán Pogosián, subjefe de la Policía.

Advirtió que «si los asaltantes no atienden a nuestro llamamiento, los liquidaremos, ya que con los asesinos no se puede actuar de otra forma».

«Con todo, por ahora continuamos las negociaciones», agregó Pogosián, que tachó de «imposible» satisfacer la principal demanda de los asaltantes: la liberación de Sefilián.

Sefilián, veterano de la guerra por el control del enclave de Nagorno Karabaj, fue detenido el 20 de junio por tenencia ilegal de armas y explosivos, lo que es negado por sus partidarios, que acusan a las autoridades de persecución de su líder.

Las autoridades le acusan de conspirar para la toma por la fuerza de varios edificios estratégicos en Ereván, incluido la torre de televisión, aprovechando la escalada de tensión militar con la vecina Azerbaiyán desde abril pasado.

Condecorado en varias ocasiones, Sefilián ha sido comparado como el Che Guevara por su carácter idealista, sus formas intransigentes y sus ansias revolucionarias.

El opositor ya fue condenado en 2006 a un año y medio de cárcel por llamar a la sublevación y también fue detenido el pasado año durante un mes bajo sospechas de que preparaba disturbios masivos justo cuando Armenia recordaba el centenario del genocidio.

Algunos analistas relacionaron su actual detención con la histórica visita hace un mes del papa Francisco, el primer pontífice que reconoció el genocidio.

El partido opositor Armenia Próspera condenó el asalto y aseguró que «un grupo o fuerza política que no cuenta con el apoyo de varios miles de personas, como mínimo, no tiene el derecho moral de hablar en nombre del pueblo».

«Hemos visto que las acciones convocadas por su organización congregan a unas 50 personas. Con levantamientos las cosas no se arreglan», aseguró su líder, Naíra Zograbián.

Mientras, el partido tradicional Herencia culpó a Sargsián de la actual situación y pidió la inmediata convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas. EFE (I)

Más relacionadas