La estrategia de Irán en Siria, inalterable y a largo plazo

Al Qaeda en Siria.

La presión de Occidente aumenta para que Irán limite su influencia en Oriente Medio y, especialmente en Siria, pero es poco probable que las autoridades iraníes cambien sus políticas estratégicas, diseñadas a largo plazo.

Teherán mantiene firme su apoyo al régimen sirio de Bachar al Asad pese a los recientes bombardeos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia contra instalaciones gubernamentales en el país árabe.

Tampoco recula ante el debate de los países europeos -por ahora sin éxito- de imponer sanciones a Irán por su implicación en el conflicto sirio, con el fin de calmar a Estados Unidos y que no abandone el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y seis grandes potencias.

La respuesta del presidente iraní, Hasan Rohaní, fue rotunda.

Abogó esta semana por reforzar la cooperación con Rusia y Turquía -que auspician conversaciones de paz sirias al margen de Occidente- para «no permitir que la tensión escale en Siria» y evitar la injerencia occidental en esa nación.

Por su parte, los Guardianes de la Revolución de Irán, cuyos asesores están presentes en Siria, advirtieron de que «la nación siria, respaldada por sus aliados estratégicos, no dejará de avanzar hasta lograr una victoria completa».

En opinión del director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Londres, Arshin Adib-Moghaddam, «Irán ha creado una realidad sobre el terreno y es muy tarde para revertirla, incluso aunque Irán quisiera».

«La visión de Irán para la región es estratégica y a largo plazo. Todos los demás (países implicados) parecen pensar tácticamente, de un día para otro», dijo a Efe el analista, que ve los recientes bombardeos occidentales como «simbólicos e intrascendentes».

Las autoridades persas han respaldado a Al Asad en su lucha contra la oposición armada y contra los grupos terroristas desde el inicio del conflicto, con asesores militares y con voluntarios chiíes.

Su ayuda, junto a la de Rusia y el grupo libanés Hizbulá, del que Irán también es valedor, ha sido clave para que el régimen sirio recuperara terreno frente a sus rivales hasta tal punto que ya pocas voces pueden exigir la salida del poder de Al Asad.

«Irán persigue un objetivo claro en Siria: evitar el surgimiento de un estado hostil a las políticas regionales de Irán», subrayó Adib-Moghaddam, quien citó asimismo el apoyo a Hizbulá y a facciones palestinas como Hamás como las otras «prioridades estratégicas e invariables de Irán».

Y es que además de Occidente, hay otro actor clave: Israel, muy preocupado por la presencia iraní en su vecino Siria y de Hizbulá, tanto en ese país árabe como en el sur del Líbano.

A Israel acusaron de hecho Damasco y Teherán de otro ataque reciente contra una base militar siria en el que murieron siete iraníes y que, según Irán, no va a quedar sin respuesta.

«Israel recibirá la respuesta apropiada tarde o temprano (…) No puede perpetrar esa acción y quedar exento de castigo», advirtió el portavoz iraní de Exteriores, Bahram Qasemí.

Para el director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Londres, «no hay duda de que el objetivo principal de Israel es algún tipo de enfrentamiento militar entre Occidente e Irán, y Siriano es más que otro escenario para ese fin».

El hecho de estar cada vez más cercado por sus «adversarios» ha provocado un inédito acercamiento de Israel con Arabia Saudí, el otro gran rival de Irán, con consecuencias que todavía están por ver.

«Estas son transformaciones radicales que determinan el futuro de la política internacional en la región. Ninguno de los desarrollos es particularmente tranquilizador en términos de encontrar una arquitectura de seguridad pacífica», lamentó el experto, autor del libro «Psycho-nationalism: Global thought, Iranian imaginations».

La escalada de la tensión puede ser impredecible ya que la región está siendo testigo asimismo de un enfrentamiento propio de la Guerra Fría, entre EEUU y Rusia, lo que por el momento beneficia a Irán, aunque con matices.

Los bombardeos occidentales en Siria son un intento, en opinión del analista iraní y exdiplomático Ali Jorram, de «contrarrestar el poder y la influencia de Rusia e Irán en Siria« y la razón esgrimida del ataque químico fue solo «una excusa».

La alianza de Rusia e Irán está siendo fructífera, pero Jorram en un artículo en el diario reformista Sharq alertó a Teherán de no depender de Moscú, ya que pese a las amenazas vertidas contra EEUU no llevó a cabo ninguna acción militar tras los ataques.

«Esto debe ser una lección sobre todo para Irán, para que no apoye su seguridad nacional en promesas irreales», concluyó el exdiplomático. Un consejo a Teherán destinado a salvaguardar su firme política regional.EFE

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