Afganistán confía en que no le afecte la retirada de 2.000 soldados de EEUU

Foto Cortesía AFP - Afganistán

Mientras Estados Unidos se prepara para reducir el número de sus soldados en Afganistán de 4.500 a 2.500 antes de que Donald Trump deje la presidencia en enero, el Gobierno de Kabul espera que el cambio apenas afecte a la seguridad del país, que ya está en manos de las fuerzas afganas.

Washington pactó la retirada de sus tropas con los talibanes el pasado febrero en Doha, en un plazo que finaliza en mayo del año próximo, y ya ha replegado a buena parte de los cerca de 12.000 soldados que llegó a tener en el país.

A mediados de enero, y antes de que el presidente electo, Joe Biden, asuma su cargo, Estados Unidos reducirá sus tropas al nivel más bajo desde que invadió el país asiático en 2001.

Esto ha despertado algunas preguntas sobre cómo afectará a la lucha de las fuerzas afganas contra los insurgentes, que ahora controlan casi el 45 % del territorio, y si tendrá alguna repercusión en las negociaciones de paz intraafganas en curso en Catar desde el pasado septiembre.

LA SEGURIDAD, EN MANOS DE LAS FUERZAS AFGANAS

Pero para el Gobierno afgano, la reducción de las tropas parece importar menos que el nivel de las relaciones diplomáticas entre Washington y Kabul, y el apoyo que Estados Unidos presta a su Ejército.

«Para nosotros, es importante centrarnos en la calidad de las relaciones con Estados Unidos y no en el número de tropas, y esto implica responder a las necesidades de las fuerzas de seguridad afganas a tiempo», dijo el portavoz del Palacio Presidencial afgano, Sediq Sediqqi, en una reciente rueda de prensa.

El objetivo de Kabul es que las fuerzas estadounidenses «no sean necesarias» en la contienda.

«Nuestras relaciones van a continuar, y las promesas de apoyo a las fuerzas de seguridad afganas siguen vigentes», aseguró Sediqqi, antes de añadir que el Ejército afgano «está listo para defender el país y ya está actualmente haciendo este trabajo».

El analista político Safiullah Mullakhil precisa, en declaraciones a Efe, que «las fuerzas afganas están ahora conduciendo el 96 % de sus operaciones militares por su propia cuenta».

Refiriéndose a los últimos ataques a gran escala lanzados por los talibanes durante los pasados dos meses en las provincias sureñas de Helmand y Kandahar, Mullakhil asegura que cientos de insurgentes fallecieron o resultaron heridos sin que capturasen por tanto distritos de importancia.

«Estos ataques talibanes han probado que las fuerzas afganas pueden defender su país por sí mismas, da igual que haya 4.000 soldados estadounidenses en sus bases o 2.500», afirma.

El analista político Shahzada Masoud advierte de la importancia de que la retirada estadounidense sea «responsable» y coordinada con Kabul.

«Habrá consecuencias si nos levantamos una mañana y vemos que no hay tropas estadounidenses en sus bases», dice a Efe Masoud, que fue asesor del expresidente Hamid Karzai.

PRESIÓN A LOS TALIBANES

La presencia de tropas estadounidenses en suelo afgano es también considerada esencial para el progreso de las negociaciones de paz intraafganas, en curso desde hace casi tres meses en Doha y en las que por el momento no se ha alcanzado un compromiso significativo.

«Una presencia militar continua, especialmente con bombardeos a las líneas fronterizas talibanas, podría ser esencial para obligarlos a alcanzar un acuerdo con el Gobierno», asegura a Efe el general retirado y analista político Atiqullah Amarkhil.

Si no hay presión militar contra los talibanes, el grupo no hará concesiones fácilmente durante las negociaciones, dice Amarkhil.

Por contra, el exgeneral sí mostró esperanzas de que con la llegada de un nuevo presidente a EEUU, el demócrata Joe Biden, se produzca un cambio de actitud en la Casa Blanca con respecto a los insurgentes.

«Trump ha apoyado de algún modo a los talibanes y contribuido a asentar su posición, pero Biden es un político experimentado que puede no seguir los pasos de su predecesor respecto a la retirada de las tropas y traer algunos cambios», concluye Amarkhil. EFE

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