Alerta arancelaria

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez

Guayaquil, Ecuador

Los precios ecuatorianos se han mantenido o disminuido porque hemos tenido deflación y se han venido vendiendo los saldos de los inventarios. La nueva mercadería, insumos y bienes de capital que están arribando serán afectados por estos factores, impulsando una subida de precios y, por ende, menores ventas. Es vital la disminución urgente de los aranceles que gravan al comercio.

El Gobierno ha reducido ciertos aranceles para que la industria nacional se sienta más competitiva cuando suscribamos nuevos tratados comerciales para ampliar mercados para las exportaciones. Faltan bajar aranceles para que los ecuatorianos podamos comprar mayor cantidad de productos importados con buenos precios. Es el momento de favorecer al comercio, que es la actividad económica que más empleos genera, especialmente cuando existen cinco millones de personas que no cuentan con un empleo adecuado y la necesidad urgente de reactivación económica en beneficio de la mayoría.

El promedio de aranceles aplicado en Ecuador es el más alto de la región (9.5 %). Los de Perú y Chile están por el 1 y 2%. El mantenerlos elevados, nos resta poder adquisitivo y competitividad frente a otros países latinoamericanos. Bajarlos más implica aumentar el número de bienes que los consumidores pueden comprar, sin necesidad de incrementar el salario por decreto, reactivando la economía en beneficio de todos.

La reducción de aranceles fomenta el comercio, elimina el contrabando y la defraudación aduanera, mientras promueve la atracción de inversión extranjera. En las circunstancias actuales, es más importante aún disminuir los aranceles inmediatamente porque la pandemia interrumpió las cadenas de producción mundiales e incrementó el costo de los fletes, creando escasez.

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