Se incendia la pradera

Gonzalo Ruiz Álvarez. Quito, Ecuador.

Gonzalo Ruiz Álvarez

Quito, Ecuador

Los resultados de las elecciones y el referendo del 5 de febrero supusieron un duro golpe para el Presidente Guillermo Lasso.

A falta del recuento total de los datos del referendo y las sospechas denunciadas por Enrique Pita, vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, CNE, sobre un centro de cómputo paralelo que merecen investigación a fondo, los hechos muestran una derrota significativa del Gobierno.

Distintos actores políticos interpretaron los resultados a su manera. El movimiento Revolución Ciudadana, RC, liderado por el prófugo de la justicia Rafael Correa, ganó 9 prefecturas y consiguió un número importante de alcaldías. En esa tienda, las prefecturas de Pichincha y Guayas y las alcaldías de Quito y Guayaquil, son los trofeos electorales más significativos.

Habrá que esperar los resultados totales para establecer con precisión si el porcentaje obtenido en la elección parlamentaria de 2021 es mayor a este o menor, pero RC tiene su voto y es la primera minoría.

En cuanto a prefecturas y alcaldías Pachakutik obtuvo números decidores y por esta razón se repite de alguna manera el mapa electoral que dibujó en la Asamblea en estos comicios seccionales.

El Partido Social Cristiano, PSC, perdió su bastión electoral y la hegemonía en Guayaquil luego de tres décadas y este resultado merece una lectura fina. Alfredo Serrano, presidente del partido sostuvo, empero, que por el número de votos alcanzado, el PSC es la segunda fuerza política del país.

Guayaquil, 05 de febrero del 2023, los candidatos del Partido RC para alcalde Aquiles Álvarez y Marcela Aguiñaga para Prefecta se dirigen a los medios de comunicación para pronunciarse sobre el eventual triunfo de las elecciones. Fotos Jimmy Negrete/API

Y así podríamos seguir con votaciones en tono menor de varias de las múltiples agrupaciones que inundan el mapa electoral ecuatoriano, que durante años la propia clase política y la autoridad electoral se han negado a organizar y limpiar. Con 280 movimientos y partidos no hay democracia posible. Reina el desconcierto y en ese mar revuelto hay pescadores que ganan.

A más de la derrota del PSC en el Guayas otra sorpresa de estos comicios fue el voto por el NO. En el país solo tres presidentes han perdido consultas: León Febres Cordero, Sixto Durán Ballén, una de las dos que planteó, y ahora Guillermo Lasso.

Todos los datos previos de las encuestas que ya no se podían divulgar por ley hablaban de dos factores. Una votación probable a favor del SÍ y un alto grado de indecisión. Un conocido encuestador, que no realizó sondeos en la fase final de este proceso, me explicó que puede ser posible que los votos duros por el SÍ, fueron claros y se expresaron desde el principio, pero que los indecisos marcaron el resultado final volcándose por el NO.

De todos modos, hay que tomar nota del voto alto por el SÍ en la primera pregunta relativa a la extradición de narcotraficantes en las provincias de más alta violencia criminal. Hay un número significativo de ecuatorianos que no queremos sucumbir ante el poder de las mafias.

Pocas semanas antes de la jornada electoral empezó a circular una denuncia de filtraciones de diálogos y señalamientos que llegaban en el entorno del Presidente. Una reacción tardía que minimizó los contenidos de la denuncia empezó a hacer mella en la reputación oficial. Un funcionario que huyó del país, un amigo del cuñado del Presidente que se fue y la avalancha de datos y duras expresiones caldearon el ambiente.

La política metió sus fauces de inmediato y en vez de tratar el tema en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea – su ámbito natural – o en la Comisión de Justicia, cuyo presidente ofreció investigar, la conformación de una comisión multipartidista presidida por una asambleísta de UNES preparó el tinglado con habilidad y oportunismo admirables.

El periodista Ándersson Boscán, del sitio La Posta, en la Asamblea Nacional, el 16 de enero de 2023.

Que la investigación sea seria, los criterios anticipados que ya se escuchan de políticos radicales con su agenda propia y que hablan del juicio político para destituir al mandatario dejan claro el objetivo político de incendiar la pradera y hacer leña del árbol caído.

Olvidan o no les importa que un juicio político tiene causales claras y que, al parecer no se cumplen. Además, si esa es la voluntad y una nueva avalancha de votos en la Asamblea prospera, deberá pasar por el filtro de la Corte Constitucional.

Mientras esa instancia se agota el ruido político y el escándalo fácil cubren la alfombra roja congresal de denuedos y ataques al Gobierno, más allá de la derrota electoral y la suma de errores garrafales evidentes.

Lo que el país patriótico debiera esperar es una investigación seria y fundamentada de la Fiscalía. Si se llega a determinar que allegados al Presidente tienen algún grado de responsabilidad debe caer sobre ellos todo el peso de la Ley.

La denuncia presentada hace semanas de actores políticos y candidatos embarrados con el narcotráfico tampoco debe quedar en el aire. Un baño de verdad es indispensable.

Si el amigo del cuñado presidencial acuñó poder, y aprovechó su influencia para recomendar cargos públicos sería un asunto grave.

Por lo pronto, los cambios ministeriales son pocos, pero decidores. Se fueron del Gobierno Aparicio Caicedo e Iván Correa, dos personajes muy cercanos a Guillermo Lasso. Llega fresco de ideas Henry Cucalón, de experiencia y buena formación. La clave de su ejercicio en el Ministerio de Gobierno será la sintonía que logre con el jefe de Estado y que sus conceptos alcancen a contagiar el nuevo viento indispensable.

Aparico Caicedo, Iván Correa, Fabián Pozo, Francisco Jiménez, de izquierda a derecha.

Por ahora habrá que esperar los tiempos de la Asamblea y los cálculos políticos de las fuerzas que la representan. Silenciosos están los asambleístas de Creo, un mini bloque golpeado por los resultados electorales.

El tiempo del Presidente deberá observar el dictamen de la Corte Constitucional, aunque siempre le queda la carta de la muerte cruzada. Con asidero constitucional cerrar el parlamento, gobernar con decretos y esperar los pronunciamientos de la Corte Constitucional para cada ley importante que busque aprobar.

Luego llegarían elecciones anticipadas. RC y Pachakutik se frotan las manos. El PSC y la ID debieran reorganizarse si quieren tener vela en ese entierro.

La muerte cruzada tiene otro riesgo. Los violentos ya quieren ‘calentar la calle’, el liderazgo de la Conaie ya amenaza con nuevos levantamientos acompañados por movilizaciones advertidas por facciones de la izquierda radical ya planean hacer la vida imposible al Presidente en el hipotético escenario de la muerte cruzada.

En esta encrucijada dos comentarios que preocupan. La arremetida del discurso presidencial y de una cadena por el tema de libertad de expresión. El Presidente cumplió con su oferta de campaña de respetar la libertad de prensa y envió reformas. Hoy el tono del discurso encierra una deriva autoritaria peligrosa.

Además, lo que para muchos fue una cadena con expresiones con un giro de firmeza, también puede ser un síntoma de desesperación ante la abrumadora carga de ataques políticos.

Mientras el país del ‘Encuentro’ ya no asoma por el horizonte, la etiqueta del caso con ese nombre en la Fiscalía es una infeliz ‘coincidencia’. Tampoco es un buen síntoma la decisión de cambiar a investigadores policiales en este preciso momento. Los poderes son independientes, pero el diálogo siempre es un mejor camino. Se pudo haber consultado a la Fiscal Diana Salazar sobre los traspasos que la Policía planificaba hacer y coordinar para mantener a investigadores con experiencia en sus tareas.

La arremetida contra los jueces le abre al Presidente otros flancos. Hay un puñado de jueces que han dado órdenes de libertad y medidas sustitutivas a corruptos, narcotraficantes y asesinos y eso no está bien. Aquí la precisión y puntualización es fundamental. Pienso que el tino debe acompañar la gestión de los líderes políticos sin que falte la palabra frontal y el pulso firme pero las generalizaciones son inaceptables.

Mientras ese talante domina la escena política y el discurso oficial, la idea de apuntalar la inversión extranjera no camina. La Asamblea no ha dado paso a una ley de inversiones que era un paso importante. La confianza internacional se va minando y el riesgo país se dispara por fuerza de los resultados electorales.

La gobernabilidad vuelve a ser la piedra de toque y en este caso la estabilidad del Gobierno que debiera cumplir sus cuatro años de mandato. Guillermo Lasso debe estar en Carondelet estos cuatro años, en medio de todas las dificultades, hay quienes buscan incendiar la pradera. Esperemos que el Presidente cumpla su mandato, rectifique ciertas acciones y que no se vaya antes de los cuatro años y tampoco busque quedarse un día después.

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