El éxito de «Argentina, 1985» según los protagonistas reales

Desde su estreno hace medio año, el éxito cosechado por «Argentina, 1985», con un posible Óscar este domingo como guinda, ha impactado no solo al equipo de la película, sino también a personajes reales recreados o que aparecen en imágenes de archivo en el filme, basado en el juicio que castigó a los comandantes de la última dictadura (1976-1983).

«Suponemos que va a tener la distinción que merece porque (la película) está muy bien hecha», afirma a EFE la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que en la película aparece hablando sobre la desaparición de su hija embarazada en un programa de televisión de 1985 que el protagonista, el fiscal Julio Strassera (Ricardo Darín), ve con su mujer e hijo.

La líder de la organización dedicada a buscar a bebés nacidos en cautiverio y entregados después por el régimen a familias ajenas agrega que el filme la motivó «muchísimo» y encontró «datos de lo que había pasado» que ella desconocía, como los «inconvenientes y penurias» que tuvo el fiscal en el proceso.

La película, dirigido por Santiago Mitre y que acumula una catarata de premios, está inspirada en la historia de los fiscales del juicio que condenó a los principales líderes de la dictadura, por el sistema represivo ilegal, de secuestros y asesinatos de miles de personas, la mayoría guerrilleros y militantes de izquierda.

Estela Carlotto.

«Sin apego histórico»

Ricardo Gil Lavedra, uno de los seis jueces que condenaron a los exdictadores, se muestra «contento» por que la película -que este domingo podría llevarse el Oscar a Mejor Película Internacional- haya «arrojado luz sobre ese episodio histórico tan importante» y ayude a que los jóvenes sepan qué ocurrió.

«La película está bien hecha, tiene una ambientación de época muy buena, la fotografía me parece impecable, los actores están muy bien y habla de este episodio histórico importantísimo. Ojalá, aparte de los premios que ha tenido, los siga ganando», subraya el también abogado, convencido del «orgullo para el cine nacional» de estar en los Óscar.

Pero matiza que es una «película comercial, de ficción», sin «apego histórico». «Creo que si hubiera profundizado más en la historia, hubiera habido tramas dramáticas mejores que la que inventaron los guionistas. Porque inventan dos o tres cosas medio ridículas, sobre todo sobre el final», agrega.

Strassera

Y cuestiona, por ejemplo, que en los rótulos finales, cuando se habla de las leyes de 1986 y 1987 que limitaron el avance de nuevos procesos contra mandos inferiores de la dictadura, no se especifiquen los indultos dictados por el peronista Carlos Menem (1989-1999) a favor de los comandantes condenados en 1985.

«Me parece que es un defecto profesional grave. Y si no, es una omisión a propósito, deliberada», señala.

El filme, resalta, está «muy centrado» en los fiscales, siendo que, «obviamente», sin el presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) no habría habido juicio y sin la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas -que el mandatario impulsó- no habría habido tarea de los fiscales.

Con todo, reconoce que la labor de Strassera fue «impresionante», con un alegato que es «una pieza notable».

«Julio tenía facultades histriónicas, era un gran comunicador. Si uno compara el alegato de Strassera con el mismo alegato que reproduce un gran actor como es Ricardo Darín, Julio es 10 veces mejor. El de Julio es incomparable: la modalidad de la voz, su silencio, esa voz ronca, espesa», considera.

Julio César Strassera durante el juicio a las juntas militares, publicada en el portal Argentina Noticias.

«La vi tres veces»

«Argentina, 1985» también incluye fragmentos de video de testimonios reales, como el de Iris Pereyra de Avellaneda, sobreviviente de la dictadura, secuestrada en 1976 junto a su hijo de 15 años, quien fue asesinado y lanzado en un ‘vuelo de la muerte’.

«Un compañero me llama y me dice: ‘Mirá, Iris, en la película están pasando una ráfaga tuya’. Y le digo: ‘¿En serio? Y dice: ‘Sí, vela'», rememora a EFE la mujer, que a sus 83 años sigue dedicándose a la lucha por los derechos humanos.

Vio tres veces el filme. «Acompañada de amigos, alumnos, chicos que yo misma había invitado para verla, con la familia y con mi nieta de 15 años, para que se empapara un poco en la situación que su abuela vivió en la época tan terrible del 76, que fue trágico para nosotros».

Aunque le hubiera gustado que su historia saliera «un poquito más», afirma que fue «emocionante», porque nunca había visto su video en el tribunal: «Ojalá la película tenga suerte y siga demostrando en los colegios, universidades, en todos lados, lo que se vivió». EFE

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