Rochester, Estados Unidos
Lenta pero seguramente se va imponiendo la necesidad de un golpe de autoridad por parte del gobierno.
Las leyes correístas, creadas con la intención de enredarlo todo, abren sin embargo la posibilidad de un arbitrio constitucional para detener el desbarajuste de la Asamblea, empeñada en pasarse por encima del andamiaje jurídico con tal de cumplir con el golpe de Estado parlamentario que instigan sus líderes. Analicemos a sus actores :
Es comprensible la posición de UNES, que fieles a su amo y mentor, buscar traerlo de regreso para revivir sus atracos desde el poder.
Menos comprensible es la actitud del PSC, desapegado de sus principios doctrinarios y cegado por el odio, heredado por los pupilos del líder para mantenerse en su halo de influencia.
PK, como todo partido populista, hace agua por varios frentes pues se debate entre el derecho, la ignorancia y el totalitarismo.
Lo que llama más la atención es la desorientada posición de otros partidos, algunos otrora significativos, otros populistas e intrascendentes, que sorprenden por su actitud veleta y conspiradora.
Este paquete de bravucones, hoy envanecidos por una libertad que no supieron reclamar con valentía en el pasado, ¿creen que la solución es cambiar de presidente para mejorar su situación personal? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones? ¿Son acaso demócratas?
Es de esperar que las varias instancias, constitucionales y legales, que el ordenamiento jurídico del Ecuador posee permitan detener la sinrazón que se ha enseñoreado en algunas esferas de poder, convertidas en fortín de conveniencias de grupos gremiales, personales y políticos.
A veces, un golpe de puño asestado de manera contundente en el sitio adecuado permite bajar las tensiones y volver al inicio, porque resulta risible que se pretenda que el Ejecutivo no se defienda de las agresiones arteras e ilegales de sus enemigos.
Que alguien no pueda actuar en legítima defensa me recuerda a esa ficción jurídica que obliga a los hombres de bien a respetar la ley y permite los forajidos a violarla impunemente. Veamos cómo se desenreda este embrollo causado por la necedad, la ambición y la sordera de los involucrados. El País pide tranquilidad y progreso, no más circo.
