Miles de indígenas reviven sus tradiciones más ancestrales con el Día de Muertos en México

Mitzi Fuentes

San Juan Chamula (Méxiico, 1 nov (EFE).- Miles de indígenas de más de 100 comunidades se concentraron este miércoles en el panteón del paraje de Romerillo para celebrar el Día de Muertos en el sureño estado de Chiapas, donde se conservan algunas de las tradiciones más antiguas de esta festividad.

“Podemos apreciar que es más una festividad para honrar a nuestros muertos, a las almas que vienen cada año a visitarnos y, como todos sabemos, esto viene de una cultura prehispánica donde se espera que retornen las almas justamente en estas fechas», comentó a EFE José Alfredo López, indígena tzotzil e investigador de la Universidad Intercultural de Chiapas.

Desde muy temprana hora, familias indígenas se reunieron para celebrar el inicio del Día de Muertos este 1 de noviembre en esta cima de San Juan Chamula, que se considera sagrada y se ubica a 2.500 metros sobre el nivel del mar, donde descansan los restos de sus familiares.

A decir de los lugareños, es un día especial donde las familias contactan a quienes ya murieron mediante los sueños y rezos, así como pequeñas ceremonias donde las velas hacen magia y están acompañadas de la música de viento.

El grupo de indígenas maya tzotzil ha mantenido una celebración única marcada por la llegada de los danzantes “Kolemal Max» (monos sueltos), quienes tocan melodías sacras con instrumentos de viento alrededor de las tumbas para alegrar la llegada de las almas.

Otra de las características que hacen única esta festividad en la comunidad de Romerillo es que no se permiten tumbas de concreto, sino que deben ser montículos de tierra roja, adornadas con hojas de pino llamadas juncia, pétalos de cempasúchil, flor de nube y crisantemos.

Al pie de la tumba, los pobladores depositan como ofrenda frutas de la temporada como naranja, lima, caña, camote, plátano, bebidas gaseosas y el posh (bebida de maíz, considerada sagrada).

Otro símbolo es que sobre las tumbas hay tablones de madera que simulan una puerta al plano de los muertos que los familiares abren para acercarse con su ser querido.

Para los turistas, esto es algo único en México.

«Lo hace diferente por el respeto por la madre tierra, por todos los seres vivos que hay, claro esto no lo ves en las ciudades o en otros lados, entender esta cosmovisión maya y ancestral, es muy rico”, comentó el visitante José Luis López Encinos.

En Romerillo, este miércoles y jueves hay una larga fiesta, y grupos musicales amenizan las noches custodiados por los mayores (policías).

Además de pueblos originarios, hay turistas locales, nacionales y extranjeros que llegan a esta comunidad a pocos kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, rumbo a Tenejapa, para festejar a los difuntos.

El Día de Muertos de México cumple ahora 20 años de haber sido declarado por la Unesco como “Obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad” por su combinación única de tradiciones indígenas con el catolicismo traído por los españoles. EFE

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