Isaac Román
Guayaquil, Ecuador
Hace aproximadamente dos semanas el Consejo Nacional Electoral colombiano abrió una investigación contra el presidente de dicho país, Gustavo Petro, por presuntamente violar los topes en gastos de campaña, por lo que el presidente acuso al CNE de “golpe de estado”
¿Golpe de Estado por abrir una investigación? Curiosamente es exactamente lo mismo que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, dijo acerca de la investigación que se abrió contra su esposa, Begoña Gómez, por tráfico de influencias. “Golpe de estado” aun cuando Gómez ni siquiera forma parte del Estado, también dijo que tras esas denuncias la democracia española estaba bajo ataque.
Así, ambos presidentes se unen a la ya conocida campaña de desprestigio contra la prensa, la vivimos durante años en nuestro país por parte del expresidente Rafael Correa, hoy prófugo de la justicia, que la acusaba de “corrupta” por supuestamente servir a intereses “ajenos a los del pueblo”. El presidente del Gobierno de España llama a la prensa “la máquina del fango”; en Costa Rica, el presidente Rodrigo Chávez grita “prensa canalla” buscando, al igual que los demás ejemplos y tantos otros, desprestigiar el mensaje de la prensa frente a la sociedad civil. ¿Por qué? Porque la prensa es el más grande contrapeso de su poder.
Estos ataques están abanderados por la supuesta defensa de la democracia y de los “intereses del pueblo” alegando que estos “bulos” o “mentiras” que la prensa publica, las publica para ir en contra de lo que supuestamente el pueblo ha elegido.
En nuestro país, en pos de “fortalecer la democracia” el estado se dividió en cinco poderes.
Al final resulto que esos dos nuevos poderes, que no existen en ninguna otra parte del mundo a excepción de la dictadura venezolana, terminaron sirviendo al Ejecutivo dándole mucho más poder del que debería tener.
Ni hablar de las tres dictaduras de América: Cuba, Venezuela y Nicaragua. Todas dictaduras que llegan ahí por partidos socialistas y comunistas iguales a los demás ejemplos que he citado, pero que llevaron sus presiones más allá, orquestaron fraudes escandalosos, represiones brutales, incluso transformaron sus países en cárceles y hoy son, según ellos y los que los defienden, estados democráticos.
Y me parece sorprendente que hoy, estos mismos sujetos que lo que más han hecho es destruir sus democracias tachen a partidos opositores de ser un peligro para las mismas.
Sea VOX (ESP), AFD (DEU), Fratelli d’italia, la Libertad Avanza (ARG), el Partido Republicano en los EEUU y en Chile, Vente Venezuela, el Partido Liberal (BRA), o cualquier movimiento político que se diga ser abiertamente de derechas.
Y es que ese es el común denominador de aquellos que supuestamente defienden la democracia, todos son gobernantes de izquierdas, partidos socialistas, “demócratas”, supuestas revoluciones, “frentes de liberación”, etc. Los que han sumergido a nuestra región y el mundo en gobiernos autoritarios son los que se han autollamado a defender la democracia y sus enemigos, los supuestos peligros para esa democracia, partidos que ellos han denominado “La extrema derecha” buscando denigrarlos al igual que lo hacen con la prensa.
Querido lector, no te dejes engañar por aquellos que aplauden dictaduras que han durado décadas, que no se atreven a tan siquiera llamarles la atención, lo único que dejan claro con eso es que esas formas de gobierno no les parecen mal, y como ya lo han dicho, buscarán replicar su modelo.
En manos de esa gente la democracia no está segura, tenemos que arrebatársela y permitir que quienes defiendan la democracia sean aquellos que jamás la han vulnerado.