
Déficit de deleite
Por Bernardo Tobar Carrión
Con la receta de levantarse cada mañana y desayunar crónica roja, o cuando más, amarillista, y a continuación desplazarnos en un tráfico infernal con destino al pan con el sudor de la frente -condena bíblica con que se paga a perpetuidad una mordida al fruto prohibido-, nos disponemos a pasar las horas más luminosas del día cumpliendo obligaciones… […]