Después del ataque a Angostura, el 1º de marzo de 2008, Rafael Correa, tomó una decisión perversa, eliminó la inteligencia militar y policial, sin antes denostar de estas dos organizaciones.
En la mayoría de países que han tenido luchas intestinas, los excesos fueron sancionados con rigor y debieron pagar sus culpas aquellos responsables de los bandos confrontados (militares, policías y subversivos).
En días anteriores se reunieron en Quito los vicecancilleres de Biolorrusia y Ecuador.
Un manual sobre seguridad podría comenzar diciendo que, en relación con sus hipótesis de conflicto, se podría decir que un país tiene dos maneras de estar en peligro: una, por la fortaleza de la presunta amenaza; otra, por debilidad de la propia defensa.
Alberto Molina Flores
Guayaquil, Ecuador
Se dice que de todo hay en la viña del Señor; sin duda, que entre los políticos hay de todo: patriotas, honrados, corruptos, honestos, deshonestos, oportunistas, taimados, traidores, quintacolumnistas, camaleónicos y, de acuerdo a un nuevo léxico incorporado en la “década ganada”, caretucos, etc.
Es la denuncia que ha hecho el expresidente Rafael Correa y replicado por sus más rabiosos incondicionales; frente a la legitima convocatoria a consulta popular que ha hecho el Presidente Lenín Moreno.
Los terrenos de los Samanes que eran de propiedad del Ministerio de Defensa, del Instituto de Seguridad Social de las FF.AA. (ISSFA), fueron adquiridos con la autorización de la Presidencia de la República (a través del Decreto Ejecutivo respectivo).
Ese día, en la mañana del jueves 30 de septiembre de 2010, nadie, absolutamente nadie podía pensar que el Presidente Correa (ni él mismo) iba a ir al Regimiento Quito, fue una decisión inopinada del Jefe de Estado al enterarse que en dicho cuartel los policías se habían amotinado.
General Narváez:
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