En la valija diplomática

Alberto Molina

Por Alberto Molina
Quito, Ecuador

En el imaginario se han barajado varias alternativas para que Julian Assange pueda librarse del eventual enclaustramiento por tiempo indefinido al interior de la incómoda sede diplomática del Ecuador en Londres.

Se ha hablado, aunque improbable, de nombrarle a Assange diplomático de nuestro país, aquí cabe recordar la novela «El Derecho de Asilo» del escritor cubano Alejo Carpentier. El protagonista es el Secretario de la Presidencia y Consejo de Ministros, el típico funcionario de un gobierno corrupto. Cuando el Presidente es derrocado mediante un golpe de estado, el secretario inmediatamente logra refugiarse en la embajada de un país vecino, con el que existe una disputa territorial (el dictador provoca al país vecino en un intento de exacerbar el nacionalismo de los ciudadanos de su país, para así desviar la atención de la represión interna).

El Secretario permanece asilado en el país vecino durante tanto tiempo, que puede solicitar la ciudadanía de ese país, ya que la embajada es legalmente parte del territorio nacional -goza de extraterritorialidad- obviamente ubicada en territorio extranjero. Además, como el secretario -que es ahora el asilado-, para matar el tiempo, se ha dedicado a cumplir la mayoría de las funciones del embajador, al adquirir la ciudadanía del país vecino es nombrado embajador ante su país de origen, cuyo territorio nunca ha abandonado. El relato concluye cuando el antiguo secretario presenta sus Cartas Credenciales al General Mabillán, el dictador, y ambos bromean en voz baja en el tono burlón de viejos amigos.

También se ha dicho que Assange podría ser sacado en el maletero de un vehículo o en un cajón, como valija diplomática. Parece fantasioso, pero esto ya ocurrió precisamente en Londres en 1984, cuando Alhaji Umaru Dikko, ex-ministro de Transportes de Nigeria, fue secuestrado y hallado drogado en una caja consignada como valija diplomática.

Dikko era considerado como el hombre más buscado por las autoridades de Nigeria, acusado de corrupción; desde que huyó de su país, después del golpe militar encabezado por el general Mohamed Buhari, Dikko consiguió la residencia en el Reino Unido. Vivía en la opulencia en Londres con una fortuna de cientos de millones de dólares. Desde su exilio había amenazado con invertir todo su dinero para derrocar al gobierno militar.

El ex-ministro fue secuestrado en la puerta de su casa por dos individuos que le obligaron a entrar en un vehículo y meterlo en un cajón. La policía británica descubrió al ex-ministro nigeriano en un cajón con los sellos respectivos que identificaba a la valija diplomática de la embajada de Nigeria en el Reino Unido.

Con el caso Assange nuestro presidente Rafael Correa ha logrado un protagonismo mundial, pero a qué costo para nuestro país.

* Alberto Molina Flores es coronel, en retiro, de las Fuerzas Armadas del Ecuador.

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2 Comments

  1. Sacarlo en la valija diplomática; en el procedimiento para hacerlo tenemos verdaderos expertos en la cancillería encabezada por Rasputiño.

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