Negociar en época de vacas flacas

Martina Vera

Martina Vera Pérez
Madrid, España

Europa entera mantuvo a Grecia en sus oraciones mientras pactaba con la UE antes de que expire su segundo rescate. Los devotos prestamistas se multiplicaron pues, el gobierno de Alexis Tsipras, prometió a su pueblo erradicar la austeridad y priorizar el gasto público ante la deuda externa. Ecuador atravesó una encrucijada similar en época de vacas gordas. ¿Se asemeja la situación del país heleno a la nuestra en época de vacas flacas?

Perpetúa época de vacas flacas

Grecia ha atravesado duros años en época de vacas flacas. Como resultado, afronta una fuga de capitales por 200.000 millones de Euros y la “austeridad” ha comprometido el 25% de su PIB. La aguda crisis humanitaria que vive el país, se cuantifica en 240.000 millones de euros. En su campaña electoral, el actual presidente, Alexis Tsipras, debatió la posibilidad de declarar parte de la deuda griega, ilegítima, al igual que hizo Ecuador, para hacerse de fondos que levanten a un país de rodillas.

En época de vacas gordas, el gobierno ecuatoriano declaró el no pago unilateral de una parte de su deuda externa, que calificó de ilegítima. Se invirtió en infraestructura, salud y educación, elementos que el País echaba de menos. Sin embargo, nuestra fórmula de negociación comprometió nuevamente la soberanía y ahuyentó la inversión extranjera, y se compró la deuda depreciada en un 70%. Esas acciones, entre otras, pasan factura hoy, en época de vacas flacas. Grecia tomó nota y encara las negociaciones con la UE en una tónica conciliadora. ¿Qué lecciones aplica Tsipras en su moderada retórica?

Lección 1: Cuidar la soberanía, o lo que queda de ella

El cambio de la dependencia a la autosuficiencia que se proclamó en Ecuador no llegó con renegar de la deuda; Grecia procede con cautela para evitar seguir el mismo cauce. En Ecuador, estrenamos el 2015 con un incremento del 36,1% en la deuda externa (Boletín de deuda, Ministerio de Finanzas). Comprometemos con mayor ímpetu soberanía a China; la nueva línea de crédito por $ 7.526 millones que nos concede el gigante asiático, da fe de ello. Aceptamos condiciones, que sospechamos son, poco beneficiosas. Nada se conoce acerca de ellas.

Grecia comparte su soberanía con 18 estados, al ser miembro de la UE. Si no pacta con sus aliados, no solo tendrá dificultades para encontrar prestamista externo sino que las condiciones impuestas serán, con certeza, más rígidas. Dicho lo cual, Tsipras hace concesiones a las demandas del FMI, el BCE y la Comisión Europea (se denomina a la combinación de las tres, “Troika”) mediante un acuerdo que permite que estos “médicos” supervisen su evolución. El rechazo del pueblo Griego a la Troika toma asiento en la sala de espera.

Lección 2: hacer concesiones y demandas sensatas

Grecia viene exigiendo desechar por completo las recetas de médicos malos en la práctica (la Troika). En Ecuador, médicos similares (FMI, BM) también merecían que se imponga un límite a sus recetas. Sin embargo, la forma en que se impuso dicho término pasó factura y ahuyentó la inversión más productiva en época de vacas flacas. Nuestra quita unilateral de la deuda nos valió reputación de inseguridad jurídica y doble moral. En el 2013, Ecuador ocupó el penúltimo eslabón como destino de la inversión extranjera directa en A. Latina (CEPAL). Grecia no puede arriesgarse a correr suerte parecida.

El Gobierno heleno se convierte en blanco de críticas al bajar la guardia ante la UE y pactar un acuerdo de concesiones en lugar de exigencias. Pero no hace falta ver más allá para saber que Tsipras actúa con cautela para ganar terreno y aliados políticos que inyecten credibilidad a su país, ávido de capital. Así, Grecia ya no discute una eliminación de la deuda; pide renegociación de la misma. Se compromete a introducir medidas de ahorro solicitadas por entidades Internacionales, aunque no sucumbe por completo a sus demandas; se niega a introducir ahorros en sueldos de funcionarios y se propone continuar con la sanidad universal. No interrumpirá tampoco el proceso de privatizaciones.

Lección 3: aplicar disciplina fiscal

Una quita de deuda para dirigir el capital en función del bienestar social puede resultar contraproducente en un país con frágil disciplina fiscal. En Ecuador, tras la proclama con la deuda, grupos económicos que antes captaban el 25% del capital del país ahora acaparan el 50% y cumplen con obligaciones tributarias del 2%, de sus ingresos anuales, aumentando la brecha de desigualdad (Economista Pablo Dávalos). A sabiendas de ello, en Grecia, Tsipras le declara la guerra a la evasión fiscal y pacta imponer mayores impuestos a los más ricos.

Lección 4: inversión pública si, gasto excesivo no

Finalmente, Grecia hace frente a su crisis humanitaria: anuncia que atenderá las necesidades de familias bajo el umbral de pobreza extrema con medidas “no pecunarias”, como vales de comida. A su vez, aprieta el cinturón al sector público que incurre en gastos innecesarios y reducirá el número de ministerios (de 16 a 10), así como la cantidad de asesores especiales y las prestaciones. Acertada decisión para evitar que el aparato estatal merme más recursos. Valga de ejemplo al Ecuador, donde en épocas difíciles, se destina casi el total de la recaudación del IVA e impuesto a la renta a los 649,258 funcionarios públicos del país (INEC).

No se negocia solo

A pesar de las fuertes críticas que ha recibido Tsipras en los medios Europeos, el 80% de su población asegura apoyar su negociación con la UE. En medio de la brutal crisis que vive, Grecia da señales de comprender que para negociar es necesario hacer concesiones. Después de todo, en un entorno globalizado, aunque el prestamista haya obrado de manera cuestionable, es solo su bolsillo el que puede “salvar al ganado en época de vacas flacas”. Ceder y apretar es un juego que no supone para un país negociar sin dignidad.

 

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