Pakistán no quiere corrupción política en los cines

La película "Maalik", que retrata a un político corrupto, un país donde las leyes no se aplican y a militares que son más honestos que las autoridades civiles.

Islamabad, (EFE).- El Gobierno paquistaní ha decidido que sus ciudadanos no pueden ver la película «Maalik», que retrata a un político corrupto, un país donde las leyes no se aplican y a militares que son más honestos que las autoridades civiles, en medio del escándalo por los Papeles de Panamá.

«Maalik», dirigida por Ashir Azeem, se estrenó el 8 de abril en todo el país, fue censurada el martes por la provincia de Sindh, donde se desarrolla, y el miércoles por la Comisión Central de Censura de Películas de Pakistán (CBFC) tras «recibir protestas de todo el país por mostrar una nación corrupta y sin leyes».

El cineasta ha recurrido la decisión gubernamental ante el Tribunal Superior de Sindh, que celebrará el martes una vista sobre la prohibición.

Pakistán no suele censurar producciones nacionales, algo que sí hace con cierta regularidad con películas indias de Bollywood y en algunos casos de Hollywood.

El filme narra la historia del comando Asad, interpretado por Azeem, que deja el Ejército tras la muerte de su mujer dando a luz mientras él estaba en una misión y quien, tras descubrir un mundo civil lleno de injusticias, decide fundar una empresa de seguridad formada por exmilitares para ayudar a la gente.

Contratado por el jefe de Gobierno de la provincia sureña de Sindh, descubre que su cliente es un político corrupto quien, entre otros delitos, participa en la violación de una joven afgana y maltrata a un profesor de colegio.

Ante la inactividad de las autoridades ante estos crímenes, Asad decide tomarse la justicia por su mano.

El ficticio político guarda un gran parecido físico con el jefe de Gobierno de Sindh, Syed Qaim Ali Shah, cuya familia ha atacado el filme por su falta de patriotismo.

«Maalik es una película mal concebida que solo dividirá Pakistán y dañará la unidad nacional. Los cineastas, los productores y los censores no son patriotas», afirmó en su cuenta de Twitter Nafisa Shah, hija de Qaim.

Además de políticos, la película ha enfadado a habitantes de Sindh por ser supuestamente racista con ellos, y a otros sectores por supuestamente apoyar el terrorismo por mostrar a un yihadista afgano como un héroe.

El presidente de CBFC, Mobashir Hasan, dijo a Efe que su organismo ha recibido quejas por mostrar a una policía incompetente, a personas tomándose la justicia por su mano y un sistema político corrupto.

«Recibimos amenazas de protestas y ataques a cines», aseguró Hasan.

El secretario del organismo Abdul Razzaq Juhawar fue más concreto y dijo al diario Tribune Express que se decidió censurar la película porque no habían eliminado el título jefe de Gobierno (chief minister, en inglés) tal y como solicitaron a los cineastas.

El director Azeem, ciudadano paquistaní y canadiense, defendió en Twitter su producción afirmando que democracia es permitir que la gente decida y que la prohibición niega ese derecho.

«El problema es de los feudales que no pueden aceptar que el ciudadano de Pakistán es el dueño de Pakistán», afirmó en la red social.

El cineasta ha recibido el apoyo de la comunidad artística paquistaní y de los medios de comunicación.

«El filme, con su retrato de un Gobierno civil podrido y su promoción de las fuerzas de seguridad ha tocado un nervio», afirmó el diario Dawn en un editorial.

Las teorías conspirativas no se han hecho esperar en un país dado a ellas y han surgido acusaciones de que el Ejército, que ha gobernado el país la mitad de su historia, ha financiado la película, algo que el director ha negado.

El prestigioso periódico añadió que quizás los líderes políticos, generalmente consideramos corruptos y ahora más por las revelaciones de los Papeles de Panamá, la han tomado con la película.

El primer ministro, Nawaz Sharif está políticamente arrinconado por las revelaciones de Panamá, que desvelaron que sus hijos tienen empresas en paraísos fiscales a través de las que controlan propiedades en Londres.

La oposición ha atacado duramente a Sharif y el partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), liderado por el célebre exjugador de críquet Imran Jan, ha amenazado con protestas en las calles.

El PTI no ha perdido la ocasión y anunció que permitirá la exhibición de «Maalik» en la provincia de Jyber Pajtunjwa, que gobierna.

El crítico cinematográfico Moayyed Jafri remarcó en un artículo el acento que pone la película sobre la corrupción y el patriotismo de los militares.

«Es solo una película con personajes de ficción. ¿No?», afirmó Jafri. EFE (I)

https://www.youtube.com/watch?v=9ew2dSv99JA

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