Lázaro Báez dice le «están apretando» para que «no siga hablando»

Foto: eldestapeweb.com

Buenos Aires, (EFE).- El empresario argentino Lázaro Báez, que fue cercano a la familia Kirchner y está en prisión preventiva por presunto lavado de dinero, aseveró que le «están apretando» para que no siga hablando acerca del caso que le afecta, ligado a la adjudicación de obras públicas, en una entrevista divulgada hoy.

«En realidad me están apretando. Me están apretando para que me calle, me están apretando para que no siga hablando», dijo el empresario, sin dar detalles de quién o quiénes son los responsables de esa situación.

En declaraciones al portal Infobae, Báez afirmó estar «más que seguro» de que el juez Sebastián Casanello, encargado del caso, conocido como «La Ruta del Dinero K (Kirchner)» se reunió el pasado año en la residencia presidencial con la ex jefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), algo que tanto ella como el magistrado han negado reiteradamente.

En este sentido, Báez, que mantuvo una relación estrecha con el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), y es dueño de empresas que crecieron de la mano de la adjudicación de obras públicas, aseguró que si «existe la intencionalidad de investigar las cosas como corresponde», la exmandataria no debería ser «intocable».

«Yo no tengo pacto (de silencio) con nadie», espetó Báez, quien remarcó que sus hijos, que también están siendo investigados, no tienen «nada que ver» con la causa.

El pasado abril, días después de que el empresario fuera detenido, el fiscal Guillermo Marijuan pidió indagar también a Fernández de Kirchner, aunque hasta el momento el juez Casanello no la ha llamado a declarar.

El magistrado investiga supuestas maniobras a través de una financiera para sacar del país sumas millonarias en dólares, presuntamente originadas mediante el uso de facturación apócrifa para simular gastos en el marco de los contratos de obra pública.

Ya el pasado martes, Infobae publicó una primera parte de la entrevista con Báez en la que aseguró que no es un «ladrón», que accedió a la adjudicación de obras públicas de forma lícita y que se sintió usado por la expresidenta.

El empresario negó también haber sido un testaferro de Néstor Kirchner, fallecido en 2010 y que la familia presidencial no hizo su «fortuna» con él ni tampoco se la dieron para que la manejara.

Además, dijo que cuando Fernández llegó a la Presidencia sus empresas dejaron «de tener una participación activa en nada». Ello ocurrió, según explicó, porque Fernández y él piensan «distinto». EFE

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