Venezuela: avanza diálogo entre el gobierno y la oposición

Nicolás Maduro y el arzobispo Claudio María Celli, foto dw.com

CARACAS, Venezuela (AP) — El gobierno y la oposición de Venezuela se reunieron el viernes y, en un ambiente distendido, lograron avances en temas fundamentales para desactivar la crisis política en el país, avivada tras la suspensión del referendo revocatorio del mandato del presidente, Nicolás Maduro, afirmó el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper.

A medianoche del viernes, después de más de cuatro horas de discusiones, Samper anunció que en la mesa de diálogo «se avanzó en unos acuerdos fundamentales, cuyos contenidos exactos serán revelados» el sábado.

Durante el encuentro con mediadores internacionales se hizo «un análisis muy serio» de la agenda electoral venezolana, que muchos ven como la mejor alternativa para solucionar los problemas del país, resaltó.

«Hemos invitado tanto al gobierno como a la oposición a que… se encuentren comunes denominadores» en materia política, social y económica, con el propósito «que mañana (sábado) si es posible haya una declaración de principios sobre aquellos» puntos en común que podrían ayudar a unir a los venezolanos para conjurar la conflictividad del país, indicó el exmandatario colombiano.

Samper señaló que el sábado también continuará la evaluación de las propuestas hechas en cuatro mesas de trabajo sobre temas que van desde derechos humanos a economía.

El nuevo encuentro entre el gobierno y sus adversarios se produjo 11 días después del primer intento de diálogo, mediado por el arzobispo Claudio Maria Celli, enviado del Vaticano, y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Martín Torrijos, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana, bajo el auspicio de Unasur.

El arzobispo Celli admitió el viernes que hay posiciones «ciertamente distintas» sobre varios asuntos, pero «me pareció que brotaba durante los trabajos de la tarde el deseo de encontrar soluciones» a los problemas.

El clérigo comentó que durante la reunión uno de los expresidentes empleó «la palabra milagro» al constatar que los delegados de gobierno y oposición conversaron de «forma respetuosa, atenta».

Los diálogos están marcados por la desconfianza: muchos adversarios de Maduro temen que se trate de una maniobra dilatoria para aliviar las presiones sobre él, cuya popularidad se ha visto afectada por la inflación descontrolada y la escasez de alimentos y artículos básicos.

Jesús Torrealba, secretario general ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a una treintena de partidos y organizaciones de la oposición, manifestó antes del encuentro que el diálogo es muy necesario porque el gobierno «controla el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia» y otras instituciones del Estado «de las que depende que logremos o no una solución electoral a este drama desde el punto de vista económico, político y social».

Pero advirtió que para la oposición «la mesa de diálogo es un escenario más de lucha. El primer escenario de lucha sigue siendo la calle».

Según diversas encuestas, el 80% del electorado venezolano desea que Maduro abandone el poder.

Torrealba insistió en que el éxito del diálogo dependerá de que el gobierno se muestre dispuesto a atender las exigencias de la oposición, entre ellas la liberación de casi un centenar de militantes opositores presos, que el Congreso recupere las facultades limitadas por el Tribunal Supremo de Justicia — acusado de estar controlado por el oficialismo — y la reactivación del proceso de referendo.

Maduro, por su parte, sostiene que el tema económico es la prioridad del gobierno en la mesa de diálogo.

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