Demócratas y activistas denuncian miedo de indocumentados en EE.UU. por Trump

WASHINGTON DC (EE.UU.), 23/01/2017.- El presidente estadounidense, Donald J. Trump, participa en una sesión de líderes del sector Trabajo en el Salón Roosevelt de la Casa Blanca en Washington DC el 23 de enero de 2017. EFE/Ron Sachs/POOL

Senadores demócratas, activistas, inmigrantes indocumentados y refugiados se unieron hoy en el Congreso de EE.UU. para denunciar «la incertidumbre y el miedo» creado por el nuevo Gobierno del presidente republicano Donald Trump.

Ello se basa en el temor a que Trump revoque las medidas de su antecesor, el demócrata Barack Obama, que protegían a cientos de miles de personas.

En un acto en el Congreso en Washington, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, aseguró que su bancada estará junto a inmigrantes y refugiados «hombro a hombro», «luchando con uñas y dientes» por protegerlos de la deportación, sin importar su lugar de nacimiento o las circunstancias en que llegaron al país.

«Los inmigrantes son patriotas. Los inmigrantes han construido este país con sus manos, han enriquecido nuestra cultura con sus mentes», añadió Schumer, quien reiteró a la comunidad que los senadores de su partido estarán «fuertes y vigilantes» ante las «políticas injustas» de la Administración de Trump.

«No vacilaremos. No nos cansaremos», afirmó el líder de la minoría demócrata.

La senadora demócrata por Nevada, Catherine Cortez-Masto, la primera mujer de origen latino en llegar a la Cámara Alta, insistió en que ahora su labor debería ser continuar trabajando para «extender el acceso al sueño americano» y no estar peleando para que no se limite.

«La deportación de los beneficiados por DACA en Nevada supondría una pérdida de 585 millones de dólares -advirtió la legisladora, quien representa a uno de los estados con más población inmigrante del país-. Por eso, las cámaras en Nevada apoyan DACA y aprobar una reforma migratoria integral».

Por su parte, Juan Escalante, inmigrante indocumentado nacido en Venezuela, explicó la historia de él y su familia, quienes por un error legal perdieron las opciones de regularizar su situación en 2006 y ahora se beneficia aún del programa de alivio migratorio para jóvenes indocumentados impulsado por Barack Obama, conocido como DACA.

Escalante denunció la «profunda incertidumbre» que rodea ahora a la comunidad, después de que el magnate prometiera durante su campaña acabar con ese programa que protege a los jóvenes indocumentados de la deportación y les otorga un permiso de trabajo.

«DACA me abrió las puertas para ayudar a mi familia y a mi comunidad. Sé que este programa funciona, sirve para que miles de jóvenes contribuyan a este país», dijo el joven, quien pese a las dificultades pudo estudiar dos carreras universitarias en Estados Unidos y siente al país como suyo.

«Las familias inmigrantes son familias americanas. Punto y aparte, no hay discusión», aseveró.

Escalante advirtió que el nuevo presidente «ha prometido» acabar con el programa, pero insistió en la importancia de defenderlo.

«Quiero dejar algo bien claro. Tenemos que seguir acogiéndonos a este programa porque nos da la oportunidad de seguir aportando a este país. Quiero hacer un llamado al Congreso para construir un camino adelante para una solución bipartidista», añadió.

«El presidente Donald Trump no tiene por qué mantenernos en la incertidumbre y el miedo», insistió al explicar que, pese a que la Casa Blanca parece estar incidiendo en la deportación de «criminales», su posición ambigua sobre la DACA no les permite bajar la guardia.

Omar Al Muqdad, periodista y refugiado sirio que fue puesto en prisión tras criticar al actual Gobierno de Bachar Al Asad, también llamó a la compasión del Gobierno para no bloquear la llegada de refugiados al país.

«Toda la gente merece nuestra compasión, especialmente cuando necesitan ayuda», explicó el periodista, víctima de la «devastadora guerra en Siria».

Al Muqdad reiteró que los refugiados no escogen huir de sus países, sino que lo hacen por auténtica necesidad, y Estados Unidos no debe darles la espalda «en momentos de desesperación». EFE (I)

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